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La infertilidad femenina puede deberse a diversas causas, como trastornos ovulatorios, endometriosis, obstrucción de las trompas de Falopio, anomalías uterinas o problemas hormonales. En el caso de la infertilidad masculina, las causas comunes incluyen bajos niveles de esperma, problemas en la calidad del esperma, obstrucción en los conductos deferentes, disfunción eréctil o trastornos genéticos. Además, factores como el estrés, el estilo de vida poco saludable, la edad avanzada y enfermedades crónicas también pueden afectar la fertilidad tanto en mujeres como en hombres. Es importante consultar a un especialista en fertilidad para identificar la causa específica y recibir el tratamiento adecuado.
Deberías considerarla después de un año de intentar concebir sin éxito si eres menor de 35 años, o después de seis meses si tienes más de 35 años. También, si tienes una afección médica que dificulta el embarazo.
La duración varía según el tratamiento, pero en promedio, puede llevar de varios meses a un año, desde la evaluación inicial hasta el logro del embarazo, aunque el tratamiento en sí suele culminar en 5 o 6 semanas.
Los riesgos y efectos secundarios varían según el tratamiento, pero pueden incluir múltiples embarazos, síndrome de hiperestimulación ovárica, efectos emocionales y financieros. Tu médico discutirá estos aspectos antes de comenzar el tratamiento.
Las tasas de éxito varían según la técnica, la edad de la paciente y otras circunstancias individuales. Tu médico puede proporcionarte información específica basada en tu situación.
La donación de óvulos o espermatozoides implica el uso de material genético de donantes para la fertilización. Los detalles específicos y la elección de donantes se discuten con el equipo médico.
Los tratamientos de reproducción asistida son generalmente seguros cuando se realizan bajo supervisión médica adecuada. Tu médico te proporcionará información detallada sobre los riesgos y beneficios.
Los costos varían según el tratamiento y la ubicación. Tu centro de reproducción asistida proporcionará información sobre los costos y las opciones de financiamiento.
No siempre es necesario, pero es recomendable hablar primero con tu médico de cabecera o ginecólogo antes de buscar tratamiento de reproducción asistida.