Los especialistas aconsejan la revisión oftalmológica anual para evitar la evolución de la enfermedad ocular, la retinopatía diabética, que provoca la disminución de la visión, llegando en los casos más graves, incluso a la ceguera.
La retinopatía diabética, una preocupante complicación de la diabetes, se revela como una enfermedad ocular de alcance global. Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente, 415 millones de personas padecen esta afección, y se prevé que para el 2040, la cifra alcance los 642 millones.
En España, alrededor del 30% de los pacientes con diabetes mellitus experimentan algún grado de retinopatía diabética, siendo la principal causa de ceguera relacionada con la diabetes.
Factores de Riesgo y Mecanismos de la Enfermedad:
La retinopatía diabética se desarrolla por el tiempo de evolución y el control deficiente de la diabetes, siendo los factores de riesgo clave el mal control glucémico y la hipertensión arterial. La enfermedad afecta los vasos sanguíneos de la retina, causando daño estructural, fugas de líquido y hemorragias. En casos graves, puede generar nuevos vasos sanguíneos anormales que pueden provocar hemorragias severas y pérdida de visión.
Diagnóstico y Evaluación:
La gravedad de la retinopatía diabética depende del tiempo de diagnóstico, la evolución de la diabetes y el control glucémico. La detección temprana es crucial, y los especialistas realizan análisis en ayunas para evaluar la glucosa en sangre y la hemoglobina glicosilada. Este último indicador proporciona información sobre el control glucémico en los últimos meses, siendo un punto de referencia esencial para prever complicaciones..
Síntomas y Complicaciones:
La retinopatía diabética puede no manifestar síntomas evidentes. Sin embargo, la presencia de edema macular puede causar una disminución progresiva de la visión, cambios en la graduación visual e incluso distorsión de imágenes, llegando en casos severos a la ceguera. La dislipemia, pubertad, embarazo y obesidad pueden complicar la enfermedad.
Tratamiento
El tratamiento implica técnicas avanzadas: como inyecciones intravítreas de antiangiogénicos, corticoides y láser, destinadas a frenar el avance de la enfermedad y preservar la salud ocular.
¡Protege tu visión y comprende la importancia de la detección temprana y el control glucémico!"