La relación entre la actividad física y la salud ha sido objeto de estudio durante décadas, y en el caso de las mujeres, este vínculo cobra especial importancia. La actividad física no solo contribuye al bienestar general, sino que también desempeña un papel crucial en la salud específica del suelo pélvico, un área del cuerpo que, a menudo, se pasa por alto pero que es fundamental para la funcionalidad y el bienestar femenino en todas las etapas de la vida.
El suelo pélvico del que se suele hablar de manera aislada, está integrado en el conjunto abdomino-lumbo-pélvico-perineal, zona media de nuestro cuerpo. Éste, está formado por todo tipo de estructuras: óseas, musculares, fasciales y neuro-vasculares. Su integridad, así como el trabajo equilibrado y sinérgico, permitirá el funcionamiento correcto de cada una de las estructuras y favoreciendo que tengamos una buena salud pélvica y corporal ausente de disfunciones y patología, donde sean posibles las funciones respiratoria, de estabilidad y control motor, y movimiento.
En sí mismo el suelo pélvico:
- Contribuye al control de la postura.
- Contribuye a dar soporte al movimiento.
- Mantiene la continencia.
Sería muy importante el acompañamiento de la mujer, en todas las etapas de su vida, donde existen grandes cambios físicos, psíquicos y funcionales globalmente, y en esta esfera pélvica. Dichas etapas serian el embarazo, el postparto y la menopausia.
Suelo pélvico durante la maternidad
Durante la maternidad estos beneficios y riesgos se vuelven aún más relevantes. Un embarazo saludable nos puede ayudar a aumentar las posibilidades de un parto fisiológico con las mínimas intervenciones y una mejor recuperación postparto. Pero existen una serie de factores que influyen en el riesgo de sufrir disfunciones pelviperineales: factor obstétrico (tipo de parto y numero), en relación con el ejercicio físico que la mujer realiza (tipo, intensidad…) y muy importante, el tejido conectivo existente (donde el ciclo hormonal juega papel determinante).
El ejercicio adecuado puede fortalecer los músculos pélvicos, reduciendo así el riesgo de incontinencia (urinaria y anal) y el prolapso de órganos pélvicos. Así mismo facilita el trabajo de parto al permitir que el suelo pélvico se distienda sin obstruir la salida del feto. Dicho ejercicio incluye el comentado complejo CALPP, conocido también como CORE, que permite gestionar correctamente la presión intraabdominal y control postural, así como la adecuada potenciación de musculatura hipotónica debida a las grandes alteraciones biomecánicas que el propio embarazo, y postparto acontecen en la mujer.
Suelo pélvico durante el postparto
En el periodo de postparto, la incontinencia es una preocupación común (la tasa de incidencia varía entre el 44-67%), relacionada tanto con cambios hormonales como con traumatismos durante el parto. En este contexto, la fisioterapia emerge como una opción conservadora y efectiva para abordar este problema, bajo múltiples opciones terapéuticas.
Un análisis de estudios revela que el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico es beneficioso para tratamiento de la incontinencia postparto. Se han demostrado resultados significativos en términos de mejora de la fuerza, resistencia, calidad de vida y función sexual en mujeres que se someten a este tipo de intervención.
A la luz de la evidencia científica, se recomienda fomentar y orientar a las mujeres embarazadas y en proceso de postparto hacia el ejercicio y el entrenamiento del suelo pélvico. Es fundamental identificar a aquellas con síntomas de disfunción pélvica y derivarlas a profesionales de la salud especializados en esta área.
En resumen, el ejercicio y la fisioterapia son una herramienta poderosa para mejorar la salud pélvica de la mujer, siempre y cuando se realice de manera adecuada y supervisada. La combinación de actividad física consciente y fisioterapia puede marcar la diferencia en la vida de muchas mujeres, permitiéndoles disfrutar de una maternidad más saludable y plena.
Menopausia
Otra etapa determinante en la vida de la mujer es la menopausia, donde de nuevo acontecen enormes cambios que condicionan el estado de la mujer. Entre ellos, los hormonales, donde la disminución de los estrógenos aumentará la masa grasa visceral y disminuirá la densidad de la masa ósea, la masa muscular y la fuerza.
En este caso, la amplia bibliografía deja claro los beneficios o estrategias a través del ejercicio físico que beneficiarían a la mujer, como son:
- Influencia positiva en la salud ósea.
- Impacto más resistencia.
- Estrategia principal para evitar la sarcopenia.
- Disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Mejora síndrome metabólico.
- Mejora cognitiva.
- Reduce el dolor osteoarticular.