El sedentarismo es una de las causas principales del dolor crónico

El sedentarismo es una de las causas principales del dolor crónico

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El 17% de la población española padece esta dolencia

Según datos de la Sociedad Española del Dolor (SEDO) se estima que uno de cada seis españoles (17 %) sufre de dolor crónico. Una patología que sin duda afecta a su capacidad laboral y a sus relaciones socio-familiares.  

El doctor José Antonio De Andrés Ibáñez, responsable de la Unidad del Dolor y Suelo Pélvico del Hospital Vithas Valencia Consuelo, hace especial hincapié en la importancia del deporte en nuestras vidas, también para prevenir y controlar el dolor crónico. “El ejercicio, -afirma el especialista-, consigue resultados similares a los tratamientos con fármacos, carece de efectos secundarios y sus beneficios perduran hasta 3 meses”. 

Tal como explica el doctor De Andrés, “desde el momento en que contemplamos la posibilidad de no tener que apartar unas horas semanales para invertir en nuestro cuerpo, abrimos el camino al sedentarismo. Esto conduce inevitablemente a la patología del dolor crónico en mayor o menor medida”. Asimismo, “el mantenimiento de posturas durante un tiempo prolongado o la realización de actividades repetitivas llevan a una actitud viciada de los músculos y a una descompensación y puede incluso favorecer lesiones articulares, artrosis, contracturas, compresión nerviosa, cefaleas e incluso afectaciones viscerales crónicas”. 

Los músculos, al igual que cualquier otro órgano del cuerpo, tienen que moverse todos juntos y de la forma adecuada para poder mantener la ergonomía y la salud postural. El mal funcionamiento de un único músculo puede tener consecuencias desastrosas para la realización del trabajo en la vida diaria. Según el doctor De Andrés, “sin un abdomen tenso y firme, por ejemplo, las vísceras caen hacia delante, expandiéndose, girándose y adaptándose a este nuevo espacio que se genera en este abdomen abombado, y debido a su cambio de posición empiezan a funcionar de forma menos eficiente.  Esto, combinado con elementos como una dieta poco cuidada o simplemente la acumulación de años lleva al mal funcionamiento visceral crónico”. Y añade, “asimismo el abdomen abombado pasa a ser un elemento inútil en la tarea de mantener el cuerpo erguido y esto somete a la espalda a un exceso de trabajo, deformándola, aumentando sus curvas y alterando el centro de gravedad, llevando con el tiempo a la artrosis y a las hernias”. 

Según el doctor De Andrés, “los pacientes que sufren dolor crónico suelen tener muchas veces miedo al movimiento, pero los resultados demuestran que cuando se vence este miedo, el dolor se reduce de manera casi inmediata". Por eso, en respuesta a este problema, en los primeros
equipos multidisciplinares de las unidades del dolor, el trabajo principal está orientado a controlar el avance de la lesión crónica, reorientar los desequilibrios musculares y reestablecer la ergonomía corporal por medio de diversos programas de entrenamiento de reeducación global y específica. “Este tipo de programas
”, -subraya el profesional-, “tienen la ventaja de hacer trabajar en conjunto a todo el cuerpo para así desarrollar la autoimagen de la postura que el cerebro tiene establecida. Asimismo, desarrolla la elasticidad y la adaptabilidad del sistema músculo-esquelético en su conjunto, aumentando la habilidad del sistema nervioso para reclutar el máximo número de fibras musculares y ejercer un control preciso y eficiente sobre ellas”. 

Una de las pautas principales del tratamiento se basa en el trabajo de reeducación y control corporal. Se realiza un planteamiento de mejora de la movilidad y estabilidad global del cuerpo, con trabajos de estiramientos y de tensión muscular. Es el caso de la gimnasia de la salud, “este entrenamiento, que incluye algunas técnicas de otros métodos como yoga, pilates o entrenamiento funcional, tiene la ventaja de poderse adaptar de forma individualizada a la patología y las necesidades de quien lo realiza”, comenta el doctor De Andrés. Al tratar casos de pacientes con patologías muy limitantes, incluso en pacientes sanos o deportistas que quieren prevenir dolencias de este tipo, existen métodos como el K-Stretch postural con el que se puede empezar la tarea de la reeducación musculo-esquelética en un entorno controlado y seguro para sus afecciones dolorosas. “Tiene muy poca carga dado que los ejercicios se centran en el reequilibrio corporal ayudado de un banco, con dos planos móviles, en el cual la pelvis y la zona lumbar quedan fijas y seguras. A partir de aquí se realizan trabajos centrados en las cadenas musculares (anteriores, posteriores, cruzadas y respiratorias) y de propiocepción corporal”, concluye el especialista. 
 

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