El doctor Claudio Fragola, otorrinolaringólogo del Hospital Vithas Madrid Aravaca, aplica un tratamiento de rehabilitación olfativa con el que el pacientelogra una recuperación superior al 80%.
Madrid, 10 de mayo de 2021. No ser capaz de identificar una fuga de gas, una comida en mal estado o si un bebé necesita un cambio de pañal. Esta es la realidad de muchas de las personas afectadas por la covid, puesto que el 66 y el 75%[1] de los infectados ha sufrido la pérdida o alteración de su sentido del olfato. Este problema, si no se trata, puede prologarse durante más de un año o incluso cronificarse en el tiempo, por eso Vithas Madrid Aravaca ofrece una terapia de rehabilitación olfativa con una tasa de recuperación superior al 80%. El jefe de servicio de otorrinolaringología del Hospital Vithas Madrid Aravaca, el doctor Claudio Fragola, lleva a cabo esta terapia, adaptada a las necesidades de cada paciente.
El coronavirus, al igual que otros tipos de virus, puede ocasionar la pérdida parcial o total del olfato (anosmia), así como provocar que no funcione correctamente. De forma que el paciente huela una cosa, pero la interprete de una manera diferente, como un mal olor.
Concretamente, entre el 66 y el 75% de los infectados por el SARS-CoV-2 desarrollan algún tipo de trastorno relativo al olfato. Sin embargo, según informa el doctor Claudio Fragola, entre el 80 y el 90% de los pacientes que ha tratado lo han recuperado muy pronto, en cuestión de tres o cuatro semanas. El resto no tiene esa suerte. Y no es un problema menor, ya que compromete su calidad de vida. Así lo indica el especialista: “Un paciente con anosmia no huele si hay una fuga de gas, un incendio o si una comida está en mal estado. Tenemos casos de pacientes que se intoxican con cosas de la nevera que no se dan cuenta que están podridas”. Y, además, afecta al gusto. “Cuando afecta el olfato, en general después tienen una afectación del gusto. Aunque la mayor parte sufren una alteración del olfato en lugar del gusto”, explica.
Antes de comenzar la rehabilitación, el paciente debe someterse a una serie de pruebas diagnósticas. Para empezar, se realiza una exploración clínica completa para profundizar sobre la causa del problema. “Hemos descubierto pólipos nasales (masas que crecen dentro de la nariz y que dan como sintomatología la pérdida del olfato) en distintos pacientes. De forma que la covid-19 solo había supuesto el empujón final para perder el olfato”. A su vez, se llevan a cabo una serie de pruebas donde se evalúa su nivel de afectación, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. A partir de los resultados se establece cuál el punto de partida de cada uno. Con el fin de recuperar la función de su sentido, el paciente debe oler una serie de esencias. “En caso de que no huela nada solemos utilizar cuatro: el limón, el clavo, la menta y la rosa”, asevera el doctor Claudio Fragola. Quien destaca el gran éxito de la terapia, con una tasa de recuperación superior al 80%, pero de cuyo éxito depende la implicación del propio paciente. Como explica, “no basta con simplemente oler mientras se ve la televisión. Hay que dedicar cinco minutos a inspirar y recordar esos olores. Lo ideal es hacerlo un par de veces al día”.
De acuerdo con el jefe de servicio de otorrinolaringología del Hospital Vithas Madrid Aravaca, hay que comenzar la rehabilitación lo más pronto posible. Según asevera, una vez que ha pasado un mes y el paciente no ha recuperado el olfato, sería ideal empezar una terapia de rehabilitación olfatoria. ¿Pero en qué consiste esta terapia? Básicamente en recuperar la memoria olfativa. Como señala el doctor, cuando una persona se queda sin olfato poco a poco su cerebro deja de interpretar los estímulos que recibe “ aunque huela una cosa, el cerebro no es capaz de identificar o interpretarla correctamente, es decir, afecta a lo que llamamos la memoria olfativa”, explica el otorrinolaringólogo.
El tratamiento se adapta a las condiciones particulares de cada paciente. “Si vemos que en los test falla más en los olores frutales o aromáticos, le entrenaremos más en esa rama”, indica. Por otro lado, no es lo mismo entrenar el olfato de una persona normal que el de un chef o un catador de vinos. “En estos casos, podemos complicar el tratamiento tanto como queramos, como poner olores de cuero, humo…”, explica el doctor. En cuanto a su duración, varía mucho según el paciente. No obstante, el jefe de servicio de otorrinolaringología del hospital Vithas Madrid Aravaca afirma que se consiguen resultados “muy significativos” a partir de los tres o seis meses de tratamiento.