España es uno de los grandes productores europeos de queso, según la Organización Interprofesional Láctea (INLAC). Este alimento está presente en casi el 90% de las cestas de la compra de los españoles, lo que lo convierte en un producto clave en la dieta tanto de los adultos como de los má...
España es uno de los grandes productores europeos de queso, según la Organización Interprofesional Láctea (INLAC). Este alimento está presente en casi el 90% de las cestas de la compra de los españoles, lo que lo convierte en un producto clave en la dieta tanto de los adultos como de los más pequeños.“ El queso es un alimento rico en proteínas y minerales, como el calcio, además de en vitaminas como la D, aunque también contiene grasas no muy populares, ya que se piensa que un consumo excesivo puede producir obesidad o riesgo cardiometabólico”, explica Marta Ausiró, nutricionista clínica y deportiva de Vithas Las Palmas.
Sin embargo, la especialista señala que “parte de esa impopularidad del queso no es cierta, ya que el consumo el consumo de lácteos enteros, dentro de los patrones de dieta equilibrada, tiene una asociación inversa con el riesgo de obesidad, tal y como muestran los resultados de un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología. “Durante la producción del queso, la proteína que coagula es la caseína, quedando en el suero lácteo las proteínas solubles que son lactoalbúmina y lactoglobulina”, subraya la nutricionista. “El suero separado se utilizará para la obtenciónn del requesón, un queso alto en proteínas y de fácil digestibilidad” y recomendable como parte de una dieta equilibrada.
Estas características convierten al queso en un alimento clave en la dieta de los niños, ya que su elevado aporte proteico de calidad es fundamental en las etapas de crecimiento. Pero ¿los niños pueden comer cualquier tipo de queso? “A partir del año se puede comenzar a ingerir leche de vaca, quesos y yogures. También se recomienda consumir quesos de cabra, oveja y, sobre todo, pensar en consumir quesos de cercanía, contribuiremos a la sostenibilidad del planeta y riqueza de la zona”, apunta Marta Ausiró.
La experta recuerda que “comer queso no es malo, todo lo contrario. Lo que sí está contraindicado es un consumo en exceso de productos lácteos y derivados, más allá de las raciones necesarias según la edad y necesidades personales. Debemos tener en cuenta que el consumo actual de lácteos en niños es excesivo en detrimento al consumo de fruta”, resalta la nutricionista quien recuerda que, “es aconsejable que los niños consuman entre 1 y 3 raciones al día de una combinación de productos lácteos —queso, leche y yogur natural sin endulzar—, realizando un patrón correcto de distribución de alimentos diarios.
Por eso, la dietista y nutricionista clínica de Vithas Las Palmas recomienda que los progenitores incorporen el queso en “el desayuno, tentempié, meriendas, acompañado de pan integral o solo con un puñado de frutos secos; sin salar, ni endulzar, ni fritos. Otra opción es utilizarlo como aperitivo e incluso en fiestas infantiles”, puntualiza.