En consulta, siempre hago uso de una de las herramientas más efectivas que acompañan al proceso terapéutico, la práctica mindfulness o meditación. En este momento de aislamiento, es común encontrarnos que nuestros hijos se muestran en estados ansiosos, hiperactivos o todo lo contrario, tristes...
En consulta, siempre hago uso de una de las herramientas más efectivas que acompañan al proceso terapéutico, la práctica mindfulness o meditación. En este momento de aislamiento, es común encontrarnos que nuestros hijos se muestran en estados ansiosos, hiperactivos o todo lo contrario, tristes y apagados. Para regular las emociones y focalizar el foco de atención en lo positivo, la meditación nos puede ayudar.
Para practicarla, solamente necesitamos estar cómodos e intentar buscar un sitio con silencio, en la medida de lo posible. Veamos algunos ejemplos de mindfulness para niños:
Propuesta 1:
Nos sentamos en una silla o sillón (donde estemos cómodos) y relajamos nuestro cuerpo. Cuando no sintamos tensión, cerramos los ojos si nos apetece, y comenzamos a respirar por la nariz y mantenemos el aire unos segundos en nuestra barriga, expulsándolo por la boca. Vamos a aprender poco a poco a concentrarnos en nuestra respiración, sólo escuchamos y sentimos nuestra respiración entrando y saliendo. Como es normal, nuestra cabeza empezará a pensar un montón de cosas.
Lo único que tenemos que hacer cuando pase eso, es saber que nos hemos distraído, y volver a concentrarnos en nuestra respiración.
Propuesta 2:
Nos tumbamos en la cama y cogemos nuestro peluche favorito. Ahora vamos a colocar a nuestro peluche encima de la barriga. Vamos a empezar llenando nuestra barriga de aire y viendo como el peluche sube, y después vaciaremos nuestra barriga y veremos como el peluche baja. Si nuestro peluche sube y baja como en una noria, estamos haciendo bien la práctica.
Propuesta 3:
Estoy en el sofá o la cama, ahora voy a imaginarme que soy un globo. El globo se hincha mucho (subo los brazos y lleno la barriga de aire) y se deshincha también… (bajo los brazos y suelto el aire) .
Propuesta 4:
Colorear mandalas, o dibujos que contengandetallismo. Vamos a intentar hacer estas prácticas durante varios minutos. Para los niños más inquietos, podemos empezar con 3 minutos, e ir aumentando diariamente a 5, 10 minutos…
Alejandra Morilla Grustán.
Psicopedagoga de la Unidad de Salud Mental Infantil y del Neurodesarrollo de Vithas Málaga