Seguro que habrán oído la frase ¨somos lo que comemos”. Probablemente sea una afirmación algo exagerada, ya que existe una carga genética personal y otros factores ambientales más allá de la comida y la bebida que nos afectan. No obstante, sí que parece cierto que nuestro organismo se v...
Seguro que habrán oído la frase ¨somos lo que comemos”. Probablemente sea una afirmación algo exagerada, ya que existe una carga genética personal y otros factores ambientales más allá de la comida y la bebida que nos afectan.
No obstante, sí que parece cierto que nuestro organismo se ve claramente influido por lo que comemos y bebemos. Especialmente cuando nos referimos a excesos.
Efectos de los medicamentos en la piel
Los medicamentos son capaces de inducir cambios en la piel. Si leemos un prospecto de casi cualquier medicamento, veremos que es muy frecuente la aparición de trastornos en la piel tras su administración. Estos trastornos reciben el nombre de Toxicodermias.
Pueden adoptar múltiples formas: picor, caída de cabello, reacciones que recuerdan a una urticaria (con habones), lesiones con forma de ampollas (como el penfigoide ampolloso), con formas sobreelevadas con picor y descamación (como el liquen), con forma de “diana” en las manos (como el eritema fijo medicamentoso).
Suelen ocurrir pasadas unas 2 semanas desde inicio de la toma de un medicamento. No obstante, es interesante saber que pueden ocurrir incluso meses o años después.
¿Cómo afecta el consumo de drogas en la piel?
No solo influye la sustancia sino también la forma de consumirla. El consumo de drogas inyectadas puede dar lugar a infecciones, úlceras y abscesos en la zona de inyección generalmente por contaminación de los adulterantes o por utilizar medios no estériles.
Por otro lado, esnifar cocaína puede ocasionar necrosis (muerte de las células) y perforación a nivel nasal y del paladar, y se debe a su capacidad de hacer que los vasos sanguíneos sean más estrechos (vasoconstricción).
El consumo de crack puede ocasionar lesiones en las manos en forma de pequeños puntos duros (manos de crack).
Además, la cocaína puede ocasionar lesiones en los vasos sanguíneos que se traducen en enfermedades conjuntas de la piel, de las articulaciones y de múltiples órganos, conocidas como “vasculitis”, que pueden llegar a ser mortales.
Un problema añadido son los adulterantes de la cocaína como el levamisol, que puede ocasionar lesiones ulceradas en zonas como las orejas. La cocaína puede ocasionar un intenso prurito por liberación de mástocitos e histamina, así como algunos casos de eritema necrolitico migratorio o acantosis nigricans.
Sustancias que afectan a la piel
En un 40% de los pacientes alcohólicos ocurren enfermedades en la piel relacionadas con su consumo.
Son frecuentes en alcoholicos el enrojecimiento súbito o flushing, dilataciones de vasos (telangiectasias), cambios en las uñas y el pelo y fragilidad capilar. Por otro lado, algunas formas de porfiria (con fragilidad de la piel de las manos, daño con el sol y crecimiento de vello en la cara, a modo de ¨hombre lobo”), la rosácea, y algunos casos de psoriasis e incluso de dermatitis seborrreica y de acné parecen asociarse al consumo elevado de alcohol.
El consumo de tabaco constituye un grave problema de salud para prácticamente todo nuestro organismo. Respecto a la piel, se asocia a envejecimiento prematuro de la piel, algunos tipos de cáncer de piel, dificultad para la cicatrización,y últimamente parece tener un papel muy importante en enfermedades inflamatorias como la hidradenitis (¨golondrinos¨), psoriasis, lupus eritematoso, o incluso en algunas formas de alopecia y de acné.
La marihuana se asocia a envejecimiento prematuro con oscurecimiento alrededor de los ojos, caída de cabello y canas prematuras. También se asocia a enfermedades graves como una inflamación de los vasos sanguíneos (arteritis) que se traduce en cambios en la piel con el frío que pueden implicar incluso la pérdida parcial de dedos, tromboflebitis y alteraciones en el resto del organismo.
¿Cómo se pueden paliar estos efectos?
En medicina, si la causa de un proceso está identificada, el mejor tratamiento es eliminar su exposición. Por lo tanto, el mejor consejo para intentar paliar estos efectos es suspender la toma de estas sustancias y retomar hábitos de vida saludables.
En ocasiones puede que no sea suficiente y es posible que sea necesario administrar algún tratamiento que acelere la curación. En otras ocasiones puede que no se pueda eliminar la sustancia que lo ocasiona (por ejemplo, algunos tipos de quimioterapia), y sea necesario tratar con fármacos adicionales la enfermedad de la piel.