Papá Noel y los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina y los más pequeños de la casa ya están escogiendo sus regalos. Para los niños jugar es muy importante porque les ayuda a desarrollar sus sentidos y habilidades, así como otras capacidades como la memoria, la atención y la imaginaci...
Papá Noel y los Reyes Magos están a la vuelta de la esquina y los más pequeños de la casa ya están escogiendo sus regalos. Para los niños jugar es muy importante porque les ayuda a desarrollar sus sentidos y habilidades, así como otras capacidades como la memoria, la atención y la imaginación. Los juguetes también desarrollan su inteligencia y su capacidad motora y de coordinación, pero regalar muchos juguetes no es educativo. El niño amontona los regalos, no los valora y no tiene tiempo de jugar con ellos.
Los padres también tienen una oportunidad de oro para acotar qué y cuánto van a pedir sus hijos en el momento de escribir la carta a Papá Noel o los Reyes Magos juntos. Si vemos el catálogo de juguetes con ellos, podemos ir proponiéndoles alguno o explicándoles por qué otro es mejor descartarlo y así nos anticipamos.
Además, antes de pensar en qué nos haría ilusión a nosotros, hay que tener en cuenta qué es lo que el niño necesita y qué juguete va a despertar sus habilidades cognitivas, sociales o motrices. Si el niño pide un videojuego, por ejemplo, es mejor aconsejarle uno que fomente buenos valores en vez de otros muy competitivos o que se sean violentos.
Por otro lado, en mi opinión, lo mejor es preguntar a los niños qué regalos les hacen realmente ilusión recibir, porque eso obliga a los pequeños a hacer una selección. Se trata de minimizar las elecciones impulsivas que hacen influenciados por la publicidad.
6 Consejos para que Papá Noel y los Reyes Magos elijan los mejores regalos
- Adquirir juguetes adecuados a la edad del niño.
Debemos elegir juguetes adecuados a sus habilidades y capacidades.
- Ni demasiados juguetes, ni demasiado caros.
La imagen más habitual en la mañana de Navidad o de Reyes es la de los pequeños abriendo un paquete tras otro, rompiendo el papel de regalo a toda velocidad para descubrir rápidamente qué contiene y pasar al siguiente. Y así en su casa, en la de los abuelos, tíos, amigos, etc. La abundancia de regalos no es favorable para los niños ya que no pueden atenderlos a todos, se dispersan y les resulta imposible jugar con todo. Además, al darles todo lo que piden (que no es todo lo que necesitan ni mucho menos), se vuelven insaciables. A la larga, se convertirán en adultos insatisfechos, para los que nunca nada será suficiente ni suficientemente sorprendente. Una buena estrategia puede ser establecer límites en la lista de regalos, repartir las compras con la familia, guardar algunos de los regalos y aprovechar para entregárselos en un día especial, pasadas ya las Navidades.
- Juguetes educativos sí, pero también divertidos.
El juego, además de ser una actividad lúdica que proporciona placer, es una de las mejores actividades para aprender. Por eso, es importante regalar juguetes que fomenten valores positivos, que gusten a los niños, pero que también garanticen el desarrollo de sus habilidades y que aporten valores en su educación, pero sin olvidar que los juguetes son, al fin y al cabo, para jugar. La clave es dar con una gama de juguetes que les permita aprender jugando.
- Ni juguetes sexistas, racistas, o violentos.
Un error muy común a la hora de comprar juguetes a los niños es diferenciar juguetes por el sexo del niño. No hay juguetes para niños ni para niñas, sólo juguetes divertidos o aburridos. Los expertos recomiendan identificar cuáles son los valores que transmiten los juguetes elegidos en función de lo que queramos potenciar en nuestro niño. Los juguetes pueden ser sexistas, racistas, violentos… Pero también pueden fomentar la igualdad, la tolerancia o la solidaridad.
- Controlar el contenido de los videojuegos y sus recomendaciones de edad.
El tiempo máximo recomendado para que un menor de 7 años juegue con una pantalla es de 15 minutos, y en el caso niños mayores lo conveniente es fijar ese límite diario en los 45 minutos. Es conveniente que, como padres, observemos cómo el niño se relaciona con una actividad que, dicho sea de paso, puede proporcionarle una experiencia de control muy positiva si se realiza adecuadamente.
- Juega con tus hijos.
Este es uno de los consejos más importantes. Más allá de los consejos descritos anteriormente, la mañana de Navidad o Reyes, implícate, échate al suelo y… ¡juega con ellos!.