Medio millón de campos de fútbol. Esa es la superficie aproximada que ocupan todos los olivos plantados actualmente en nuestro país, aunque son las provincias de Jaén, Toledo, Sevilla, Córdoba, Tarragona, Ciudad Real o Málaga las que albergan el mayor número de estas plantaciones. Pero la aso...
Medio millón de campos de fútbol. Esa es la superficie aproximada que ocupan todos los olivos plantados actualmente en nuestro país, aunque son las provincias de Jaén, Toledo, Sevilla, Córdoba, Tarragona, Ciudad Real o Málaga las que albergan el mayor número de estas plantaciones. Pero la asociación entre los términos ‘olivo’ y ‘alergia’ es relativamente reciente, ya que fue a finales de los años 80 cuando se identificó a este árbol como causante de la reacción alérgica y más tarde, en los años 90, se encontró la primera proteína productora de alergia: la Ole e1.
La llegada de la primavera trae consigo la floración de los olivos, la cual no es sincrónica (no se produce a la vez en todas las regiones de nuestro país). Pero este año las abundantes lluvias recogidas durante gran parte del invierno y principios de la primavera han retrasado este proceso y, de igual forma, han impedido que los primeros pólenes puedan extenderse por la acción del viento. Así lo explica el doctor José Manuel Barceló, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Vithas Parque San Antonio
«Los niveles de polen están muy relacionados con la cantidad de lluvia recogida en otoño e invierno y, aunque este año estaba siendo generalmente seco, marzo y abril han roto esa tendencia. Estas precipitaciones han retrasado la floración de muchos olivos y, lo que es más importante para los alérgicos, han arrastrado hacia el suelo a los primeros pólenes que empezaban a circular por el aire. Para hacernos una idea, en el año 2015 de alcanzaron los 15.000 granos por metro cúbico y, a fecha de hoy, apenas superamos los 5.000».
Dicho esto, la pregunta está clara: ¿se mantendrá esta tregua para los alérgicos? El doctor Barceló afirma que «presumiblemente, las próximas semanas traerán consigo el consiguiente aumento de temperaturas propio de la estación en la que nos encontramos, lo cual acelerará la floración de todos los olivos que aún no lo han hecho aumentando, por tanto, los niveles de polen por metro cúbico. Debemos recordar que, en nuestra provincia, este proceso comienza antes en las zonas de costa y se extiende luego a las zonas del norte o interior».
El viento: elemento clave en todo el proceso.
La dirección e intensidad del viento juegan un papel fundamental en la propagación de los pólenes, así como en el grado de intensidad de los procesos alérgicos. «A la hora de prever la virulencia de una alergia debemos saber que esta dependerá mucho de la dirección en que sople el viento. Mientras que los vientos de poniente y terral arrastran polen desde el interior a la costa provocando un empeoramiento de los síntomas, el levante, sin embargo, actúa como purificador o limpiador del ambiente» concluye el facultativo del Hospital Vithas Parque San Antonio.