Actividad física. Determinadas actividades físicas como la natación, el senderismo, la gimnasia, el baile, el yoga y el ciclismo favorecen la circulación venosa. Por el contrario, deportes como el tenis, squash, balonmano y baloncesto no son aconsejables. Camina como mínimo c...
Actividad física.
Determinadas actividades físicas como la natación, el senderismo, la gimnasia, el baile, el yoga y el ciclismo favorecen la circulación venosa. Por el contrario, deportes como el tenis, squash, balonmano y baloncesto no son aconsejables. Camina como mínimo cada día entre media hora y una hora.
2. El peso, bajo control
Mantenga un peso idóneo. La obesidad es una de las principales causas de insuficiencia venosa crónica y de sus complicaciones.
3. Fruta y verduras, insustituibles.
Realiza una dieta sana, equilibrada y baja en sal. Evita la comida excesiva en grasas y azúcares y sigue una dieta rica en fruta, verdura (fibra) y líquidos (al menos 1,5 litros de agua al día), para evitar el estreñimiento. El tabaco y el alcohol, cuanto más lejos mejor.
4. Evitemos las sobrecargas.
Evita permanecer de pie o sentado con los pies en el suelo durante largos periodos de tiempo, descansando cada hora. Si no es posible, realiza movimientos de presión (punta-tacón) contra el suelo. Si por cualuqie razón debes permanecer mucho tiempo sentado, coloca los pies elevados y las piernas en posición semiflexionada, no cruzándolas.
5. ¿Tacones? En su justa medida
Suprime el calzado plano o con tacones excesivamente elevados. Procura llevar siempre calzado ancho y cómodo evitando las rozaduras. Un tacón de entre tres y cuatro centímetros es el óptimo para facilitar el bombeo de la sangre.
6. Libre y móvil.
Reduce al máximo el uso de prendas ajustadas (ligas, fajas, corsés, determinadas medias, cinturones muy ajustados o pantalones estrechos) que puedan dificultar la circulación venosa normal, especialmente aquellas confeccionadas con tejidos no elásticos (cuero, vaqueros). Una prenda está demasiado ajustada si impide la libre movilidad de las extremidades o deja marca al retirarla.
7. En la cama, los pies siempre en alto.
Eleva los pies de la cama entre 15 y 20 centímetros mediante tacos de madera o cualquier otro sistema. Si no es posible, ubica unas toallas entre el colchón y el somier para que eleven dicha distancia o almohadas bajo los pies. Realiza movimientos de bicicleta en la cama justo antes de ir a dormir.
8. Las medias compresivas, unas grandes aliadas.
Utiliza medias de compresión elástica, siempre que te las haya recomendado tu Cirujano Cardiovascular. Existen diversos tipos de compresión dependiendo de sus necesidades. Estas medias debes ponértelas por la mañana justo antes de levantarte, cuando las piernas han estado en reposo.
9. Con la piel, siempre ojo avizor.
Vigila el estado de la piel de tus piernas regularmente y mantenlas hidratadas, aplicando crema hidratante o gel frío mediante un suave masaje ascendente, preferentemente con la pierna en alto. Si aparecen cambios de coloración, tonalidad y ante todo alguna lesión (por leve que parezcan), es importante que consultes a tu médico.
10. La ducha, más beneficiosa que el baño.
Mejor la ducha que un baño. Aplica chorros de agua en sentido ascendente desde el pie hasta la ingle, favoreciendo de esta manera el retorno venoso; para ello alterne el agua templada y fría, terminando siempre con fría.
11. Protección solar: sí o sí.
Evita las fuentes de humedad y calor directo (sauna, baños turcos, braseros, radiadores, agua caliente, depilación con cera caliente, suelo radiante, sol directo) sobre las piernas. Si vas a exponer las piernas a la luz solar directa, emplea protectores solares específicos para proteger la circulación (Varisun®).
Y recuerda: NINGUNA de estas recomendaciones hará que desaparezcan las varices o evitará al 100% la aparición de éstas. Sólo una visita a tu Cirujano Cardiovascular o a nuestra Unidad de Salud Estético Corporal y la instauración de un tratamiento adecuado lo hará posible