Es importante revisar la evolución de nuestros lunares por el método ABCDE
Las manchas más comunes son los melasmas, los léntigos y los lunares
Mirarnos el rostro en el espejo es una actividad que hacemos diariamente, sin embargo, no solemos mirarnos el resto del cuerpo. Algo que sería tan sencillo como revisar nuestra piel cada vez que salimos de la ducha. Si lo hiciéramos, podríamos descubrir que en nuestro cuerpo ha aparecido alguna mancha en nuestra piel, que quizás debamos vigilar. ¿Pero cómo saber si debemos o no preocuparnos por esa mancha?
Los factores que intervienen en la aparición de manchas en nuestra piel son diversos, ya que existen múltiples factores que intervienen en el proceso natural de la producción de melanina, y que pueden suponer algún tipo de desorden en nuestra pigmentación.
Según la doctora Teresa Truchuelo, dermatóloga del Hospital Vithas Madrid Arturo Soria“habría que distinguir los casos donde se produzca un exceso de melanina (hiperpigmentación) o un defecto de la misma (hipopigmentación) o incluso si hay ausencia total de la melanina (amelanosis o despigmentación), para distinguirlas de aquellas que nos puedan estar alertando de algún otro tipo de patología”. El Hospital Vithas Madrid Arturo Soria pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 12 hospitales y 19 centros especializados denominados Vithas Salud.
Las manchas que hay que vigilar
Según la doctora Teresa Truchuelo, hay que distinguir entonces esas manchas que son más estéticas, de otras que pueden llegar a ser malignas, y para ello da unas claves para aprender a distinguirlas:
Melasma: Se trata de una de las manchas estéticas más comunes, y puede distinguirse por ser una especie de manto, que aparece sobre todo en mujeres jóvenes, principalmente en embarazadas. En estos casos, funcionan muy bien la combinación de tratamientos con fórmulas despigmentantes, el peeling o el láser.
Léntigos: Es una de las manchas más comunes producidas por el sol que, si bien parecen similares a las pecas, se diferencian en que ya no se quitan en invierno. Dentro de estos léntigos, que suelen aparecer en la cara, en el escote o en la zona alta de los hombros, hay que tener cuidado porque alguno puede ser lo que denominamos un lentigo maligno. Este se identifica por tener un color más oscuro y habría que acudir a un dermatólogo para analizarlo y tratarlo en caso de que sea necesario.
Lunares (nevus): Si bien todos sabemos identificar un lunar, muchas veces lo que no tenemos claro es en qué casos habría que preocuparse porque uno de ellos pudiera resultar maligno. Aquí la doctora Truchuelo propone la regla del ABCDE, es decir, cinco signos de alerta que, si bien no quieren decir que el lunar vaya a ser malo, sí indican que es necesario acudir a un especialista para vigilarlo:
- Asimetría
- Que haya bordes irregulares
- Colores diferentes o una coloración muy oscura
- Un diámetro mayor de 6 mm
- Evolución, es decir, que cambie de tamaño, que parezca nuevo o provoque picores o sangre.
Teniendo claro todo esto, la doctora Teresa Truchuelo insiste en que, ante cualquier otra duda, lo mejor es siempre acudir a nuestro dermatólogo, y no dejarlo pasar, ya que siempre es mejor evitar posibles complicaciones, sobre todo en el caso de un posible melanoma (cáncer de piel).
Para ello, su consejo es que independientemente de ver o no alguna mancha sospechosa, ya que muchas veces no las revisamos con asiduidad, o no nos vemos todas las partes de nuestro cuerpo, acudir una o dos veces al año al dermatólogo.