El calor y el solecito hacen que nuestros pies quieran escapar de su calzado habitual para lucir espléndidos durante los meses veraniegos. Pero en muchos casos, este ‘salto a la libertad’ trae consigo una serie de inconvenientes en forma de mal olor que puede incomodarnos tanto a nosotros como ...
El calor y el solecito hacen que nuestros pies quieran escapar de su calzado habitual para lucir espléndidos durante los meses veraniegos. Pero en muchos casos, este ‘salto a la libertad’ trae consigo una serie de inconvenientes en forma de mal olor que puede incomodarnos tanto a nosotros como a los que nos rodean.
Pero, ¿cómo se genera este mal olor? Muy sencillo: cuanto más calor más sudoración, y cuanto mayor sudoración más posibilidades de que los ácidos del sudor provoquen una maceración en la piel, estropeándola y convirtiéndose en una vía de entrada de bacterias y hongos que son las que realmente provocan el olor.
Para evitar esto hoy hablaremos de 5 sencillos consejos para evitar el mal olor de nuestros pies durante los meses de verano.
Utiliza calzado adecuado… y de calidad.
Lo barato sale caro, y el calzado no es una excepción. Hoy en día el calzado de uso diario está fabricado en polipiel, un plástico sintético que imita a la piel y que no deja transpirar a nuestros pies. La propia piel o la tela (las alpargatas están de moda y son una gran opción) son mucho más transpirables permitiendo la libre oxigenación del interior del calzado. Sin olvidarnos, claro está, de las tan socorridas sandalias.
En zapatos deportivos nunca hay que escatimar presupuesto puesto que unos materiales de baja calidad provocarán lesiones a nivel tópico así como lesiones en las uñas (onicolisis traumática).
Calcetines de algodón y verano... mala combinación.
Por norma general el calcetín de algodón absorbe la humedad y la evapora, por tanto, como hemos mencionado al inicio de este post cuanta más humedad haya más se estropeará la piel. Lo más recomendable para estos meses es utilizar calcetines de fibras sintéticas o acrílicas, las cuales favorecen la transpiración del pie, la evaporación de ese sudor permitiendo que el tejido se mantenga seco. Siempre se deben aplicar antitranspirantes y polvos de prevención tanto en el calcetín como dentro del propio calzado, para prevenir la existencia de micosis en los pies causantes del mal olor.
Mantén una buena higiene.
La limpieza e higiene de nuestros pies se antoja fundamental durante todo el año pero en verano cobra una especial relevancia. Durante estos meses debemos incidir en ella prestando especial atención al correcto secado de los pies y entre los dedos para evitar la aparición de hongos que, por consiguiente, generen un mal olor. Un consejo muy útil en pacientes de movilidad reducida o que tengan los dedos muy juntos o piel muy fina es el secado de los mismos con secador de pelo a una distancia prudencial, para evitar cualquier tipo de quemaduras.
Utiliza antitranspirantes.
Ya sea en forma de aerosoles o en polvo, lo más recomendable ante un exceso de sudor es el empleo de un antitranspirante. Uno de sus principales componentes es el óxido de aluminio, o ácido bórico el cual taponará y favorecerá la disminución de la hiperhidrosis y por ende el crecimiento de la dermatomicosis (hongos de piel) o onicomicosis (hongos de uña).
Acude a un especialista.
Más allá de todos estos consejos, es muy recomendable que acudas a un especialista, ya sea un dermatólogo o un podólogo, que determine las razones del mal olor en tus pies. Él podrá identificar si se trata de una infección bacteriana o por hongos y, en consecuencia, aplicar el tratamiento más adecuado.
