Uno de los problemas de espalda más comunes entre la población española es la hernia discal. De hecho, cerca del 20 % de las personas padece esta enfermedad, pero sin síntomas. Alrededor de esta patología existen diferentes mitos y conceptos erróneos, por lo que es importante conocer las clave...
Uno de los problemas de espalda más comunes entre la población española es la hernia discal. De hecho, cerca del 20 % de las personas padece esta enfermedad, pero sin síntomas. Alrededor de esta patología existen diferentes mitos y conceptos erróneos, por lo que es importante conocer las claves para entender e identificar esta dolencia.
Una hernia discal es una enfermedad que afecta al disco intervertebral, una especie de almohadilla que amortigua la columna y deja espacio entre las vértebras, permitiendo una movilidad adecuada. Según la localización de la hernia, esta puede producir dolor en la zona cervical, en la dorsal o en la lumbar. La parte baja de la columna es el área más comúnmente afectada por una hernia discal, seguida de los discos del cuello (cervicales) y los de la espalda alta y media (torácicos). Estos últimos rara vez se ven afectados por esta patología.
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
Existen algunas claves para identificar que la persona padece una hernia discal. Por lo general, el dolor empieza a manifestarse con mayor frecuencia en una zona concreta del cuerpo y, dependiendo de la parte afectada, los síntomas varían.
- Si hablamos de la región lumbar, puede producirse un dolor punzante en una parte de la pierna, la cadera o los glúteos, así como entumecimiento de otras zonas, como la parte posterior de la pantorrilla o la planta del pie. La propia pierna también puede volverse débil.
- Cuando la hernia discal afecta a la zona cervical, se puede sentir dolor al mover el cuello, así como cerca o por encima del omóplato. También puede irradiarse al brazo, al antebrazo y a los dedos de la mano. Además, se puede sentir entumecimiento a lo largo del hombro y el codo.
Generalmente, el dolor por una hernia discal empieza siendo leve y puede empeorar después de estar de pie o sentado durante un largo periodo de tiempo. También produce molestias al estornudar, toser o reírse, incluso al andar, hacer esfuerzos o aguantar la respiración. Además, la hernia de disco puede provocar debilidad en algunos músculos y, otras personas, sin embargo, nunca llegan a notar los síntomas.