Tras el verano, la vuelta a la rutina y al trabajo implica para muchos sufrir el síndrome postvacacional. Un proceso de adaptación que provoca alteraciones tanto físicas como psicológicas acompañado de síntomas como ansiedad, nerviosismo, apatía, cansancio, bajo estado anímico, insomnio incl...
Tras el verano, la vuelta a la rutina y al trabajo implica para muchos sufrir el síndrome postvacacional. Un proceso de adaptación que provoca alteraciones tanto físicas como psicológicas acompañado de síntomas como ansiedad, nerviosismo, apatía, cansancio, bajo estado anímico, insomnio incluso dolor de cabeza o trastornos gastrointestinales y en la alimentación como falta o exceso de apetito.
¿A quien afecta más?
El síndrome postvacacional tiene su origen en el cambio de los biorritmos, ya que tras las vacaciones, el trabajo altera nuevamente nuestras rutina vital. Según la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) llega a afectar a un 40% de la población, teniendo habitualmente más repercusión en las mujeres, simplemente por el hecho de que muchas de ellas suman al trabajo un importante papel en la organización de las tareas familiares.
Duración
Lo más normal es que los síntomas, tanto físicos como psicológicos, remitan pasados unos días, una vez que el individuo se adapte a la rutina tanto laboral, como familiar y social. El 20% de los afectados consigue recuperarse del todo en tan solo dos días, pero el 35% arrastra los síntomas y las molestias durante dos semanas.
En el caso de que los síntomas deriven en un síndrome de ansiedad generalizada o un estrés crónico, hay que derivar al paciente a un psicólogo, ya que podría ser una consecuencia de otras patologías psicológicas más graves.
¿Cómo saber si lo estoy teniendo?
Uno de los principales síntomas del síndrome postvacacional es el estado de ánimo bajo. La persona siente angustia, tristeza, irritabilidad o nostalgia. Además, puede venir acompañada de una gran sensación de ansiedad y estrés por afrontar de nuevo todas las responsabilidades que hemos dejado en pausa tras las vacaciones.
Consecuencias
El estrés y la ansiedad prolongado, además de producir trastornos mentales, pueden desencadenar también una serie de trastornos físicos, de tipos cardiovasculares, digestivos o respiratorios, e incluso dermatológicos (con aparición de psoriasis, acné o eccema).
Prevención
Para paliarlos, el doctor Recio, médico internista de Vithas Valencia 9 de Octubre, insiste en la importancia de llevar una dieta rica en vegetales y fruta, evitar tomar demasiado café y retomar el deporte. Además, recomienda volver a casa unos días antes de la reincorporación al trabajo para adaptar los horarios, alimentación y actividad. También es importante hacer cosas que nos apetezcan durante el tiempo libre, fuera del horario laboral y marcarse objetivos realistas para poder afronta el síndrome post vacacional de la mejor manera.