El otoño implica menos horas de luz, temperaturas más bajas y un ritmo frenético de colegio y actividades extraescolares. Lo que a veces ocasiona en los niños, melancolía, tristeza, falta de concentración, cansancio o inapetencia. Es lo que se conoce como astenia otoñal. Un estado transito...
El otoño implica menos horas de luz, temperaturas más bajas y un ritmo frenético de colegio y actividades extraescolares. Lo que a veces ocasiona en los niños, melancolía, tristeza, falta de concentración, cansancio o inapetencia.
Es lo que se conoce como astenia otoñal. Un estado transitorio caracterizados por la pérdida de energía, apatía y la caída libre de las defensas del organismo debido al cambio de estación.
Unos síntomas que suelen aparecer coincidiendo con el cambio de estación y que provoca una alteración en el ritmo biológico del niño.
Alteración de las hormonas
Los cambios de estación causan una alteración en los niveles de determinadas hormonas, en concreto, la melatonina, una hormona relacionada con el sueño que se ha asociado con el trastorno afectivo estacional. Dicha hormona, que también tiene relación con la depresión, se produce en niveles más altos en la oscuridad. Así, cuando los días son más cortos y oscuros, se produce más melatonina. Además, existe una disminución de la betaendorfina, y su carencia provoca irritabilidad, nerviosismo, tristeza, cansancio y apatía.
Cómo prevenir y tratar la astenia otoñal en niños
Para combatir este estado de ánimo es importante respetar los horarios de sueño, hacer ejercicio físico y llevar una vida sana en general. Los más pequeños necesitan una rutina establecida para que su desarrollo físico y psicológico sea adecuado, indican desde la unidad de pediatría de Vithas Valencia 9 de Octubre. Se recomienda realizar ejercicio físico al aire libre, ya que estimula la liberación de dopamina y endorfinas que levantan el ánimo de los más pequeños.
Otro de los puntos importantes que resalta el profesional es el descanso adecuado. Los niños deberían dormir entre 9 y 10 horas hasta los 18 años. Está demostrado que los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés, se reducen muchísimo después de un buen descanso y, al contrario, cuando se duerme menos de lo que se debe, estos aumentan.
La importancia de la alimentación
Una dieta equilibrada y una alimentación saludable es uno de los pilares indiscutibles para prevenir la astenia. La alimentación en estos casos juega un papel fundamental, siendo aconsejable incluir proteínas de alto valor biológico en la dieta diaria además de vitaminas del grupo B. En este sentido, es recomendable consumir productos ricos en vitamina B3 (niacina) y B12 y aminoácidos esenciales como el triptófano que mejora los niveles de serotonina.
El aporte de nutrientes y vitaminas adecuado es indispensable para que el niño tenga una salud física y mental adecuada sin olvidar una buena hidratación.