Hay que destacar en la prevención la importancia del uso del preservativo, así como la vacuna nonavalente que ayuda a proteger el cuerpo contra la infección de nueve tipos diferentes del virus del papiloma humano.
¿Qué son las verrugas anogenitales?
Las verrugas anogenitales es la virosis de transmisión sexual más frecuente. Una enfermedad que genera preocupación en quienes la padecen. Son lesiones papilomatosas agrupadas que afectan a todo el tracto genital inferior, de transmisión sexual y producidas por el virus del papiloma humano (HPV) en su mayoría los tipos 6 y 11.
Es importante saber que se asocia a cambios en el estilo de vida sexual, ocasionando ansiedad y pérdida de la autoestima, además de estrés e incertidumbre acerca del riesgo de cáncer.
Infección
El lugar inicial de infección es la capa superficial del epitelio, dañada durante el acto sexual o por otras abrasiones dérmicas menores. Una vez que el HPV entra en la célula pueden ocurrir que sea una infección latente cuando el virus no se replica, es decir que el sistema inmune es capaz de controlar la replicación del HPV, no hay alteración celular por lo que el paciente está infectado, no enfermo, o puede ser que sea una infección productiva donde hay replicación viral. En este último caso, tras un plazo indeterminado, la respuesta inmune no puede controlar la replicaron del HPV, por lo que se producen cambios celulares que dan lugar la aparición de lesiones.
Incidencia
La infección por el virus del papiloma humano es la más prevalente de todas las infecciones de transmisión sexual, de hecho, se acepta que cualquier persona que haya mantenido alguna relación sexual ha estado en riesgo real de haber estado en contacto con el HPV y haber adquirido esta infección. En el caso de las verrugas anogenitales, la incidencia en mujeres entre 15 y 24 años ha descendido desde la introducción de la vacuna del papiloma y normalmente el epitelio anal es más susceptible a la infección que el epitelio vulvar. Sin embargo, son más frecuentes en el varón entre los 25 y 29 años, y en la mujer entre 20 y 24 años.
Prevención
Hay que destacar en la prevención la importancia del uso del preservativo, así como la vacuna nonavalente que ayuda a proteger el cuerpo contra la infección de nueve tipos diferentes del virus del papiloma humano. Ambos han demostrado una alta eficacia preventiva primaria sobre las verrugas genitales. Es muy importante que se sigan fomentando desde las instituciones campañas de concienciación entre los jóvenes.
Factores de riesgo
Dado que la aparición de verrugas está asociada directamente con la presencia del virus, uno de los factores que más predisponen es el número de parejas sexuales, ya que ha mayor número de estas más posibilidades de contraer la infección.
También son factores de riesgo el inicio temprano de las relaciones sexuales, así como todos aquellos elementos que deprimen el sistema inmunitario: tabaquismo, malnutrición, patología inmunológica o fármacos inmunosupresores.
También son factores de riesgo el inicio temprano de las relaciones sexuales, así como todos aquellos elementos que deprimen el sistema inmunitario: tabaquismo, malnutrición, patología inmunológica o fármacos inmunosupresores.
Clínica
Las lesiones verrucosas pueden variar de pequeñas y asintomáticas a lesiones grandes que producen picor, ardor, sangrado, aumento del flujo vaginal o dolor. Aparecen en cualquier zona corporal que ha sido expuesta durante la relación sexual ya que se transmite a través del contacto sexual en forma directa con piel o mucosas.
Tratamiento médico y psicológico
Las lesiones pueden permanecer estables o evolucionar a lesiones cada vez más grandes y expandirse. La gran mayoría de la patología causada por el HPV se resuelve con escasa o nula trascendencia. Es importante saber que esta infección no influye en la capacidad o posibilidad de tener hijos. El tratamiento de las verrugas se puede realizar en consulta con el ginecólogo o dermatólogo tratando con crioterapia o electrocauterización, o se puede realizar de forma domiciliaria aplicando cremas o soluciones líquidas sobre las verrugas.
Desde el punto de vista psicológico, al tratarse de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) que genera cambios estéticos, aparecen sentimientos de culpabilidad y ansiedad. El apoyo de la pareja es clave ya que la vida sexual a veces sufre cambios, con disminución de la libido, de la iniciativa sexual, del placer y la espontaneidad debido a la preocupación por transmitir la enfermedad o el miedo a llegar a tener una lesión de envergadura. Ante cualquier duda, consulta con un especialista.