El 30 de octubre retrasamos una hora el reloj para entrar en el horario de invierno lo que nos dará una hora más de sueño. Aunque retrasar la fase de sueño no suele tener mucho efecto, si es cierto que se producen algunos cambios en nuestras hormonas. Para que no nos pase mucha factura, el Dr...
El 30 de octubre retrasamos una hora el reloj para entrar en el horario de invierno lo que nos dará una hora más de sueño. Aunque retrasar la fase de sueño no suele tener mucho efecto, si es cierto que se producen algunos cambios en nuestras hormonas.
Para que no nos pase mucha factura, el Dr. Rafael Del Rio, responsable de la Unidad de Neurofisiología y Trastornos del Sueño de Vithas Internacional y de Vithas Madrid Arturo Soria, nos facilita una serie de consejos para adaptarnos más rápido al nuevo horario y que nos afecte menos:
- Mantener horarios regulares a la hora de acostarnos y levantarnos, especialmente en el caso de los niños y los ancianos.
- Debemos exponernos a la luz solar durante el día. Hacer esto especialmente en los días posteriores al cambio ya que puede facilitar la sincronización de nuestro ritmo circadiano en caso de haberse producido alguna desestabilización.
- Intentar adaptarnos paulatinamente al cambio de horario, introduciendo pequeños cambios progresivos cada día de forma previa al nuevo horario.
- Seguir diariamente un determinado "ritual" que nos permita crear un clima propicio para el sueño.
- Evitar la ingesta de alcohol y cafeína, especialmente durante las últimas horas del día. Al tratarse de estimulantes influirán sobre el sueño.
También nos recuerda que hay que estar tranquilos porque las pequeñas alteraciones que se puedan producir a nivel hormonal no van a tener mayor impacto en la salud. "El organismo tiene capacidad suficiente para adaptarse en cuestión de tres días a un cambio horario que, por otro lado, resulta mínimo".