“Las bebidas energéticas no son refrescos, ya que proporcionan una energía totalmente desequilibrada, por su alto contenido en azúcares y estimulantes como la cafeína, que puede perjudicar la salud en distintas etapas de la vida como en la infancia, adolescencia, embarazo, lactancia, etc.”, ...
“Las bebidas energéticas no son refrescos, ya que proporcionan una energía totalmente desequilibrada, por su alto contenido en azúcares y estimulantes como la cafeína, que puede perjudicar la salud en distintas etapas de la vida como en la infancia, adolescencia, embarazo, lactancia, etc.”, señala Marta Ausiró, dietista y nutricionista de Vithas Las Palmas. “El valor nutricional de este tipo de bebidas es muy escaso, ya que se componen fundamentalmente de azúcares simples; sobrepasando la ingesta diaria recomendada; excepto en la versión sin azúcar o light”, explica la experta. “El resto de los componentes de este tipo de productos son: agua carbonatada, cafeína, aromas y algunas incorporan sustancias que se les atribuyen efectos energizantes como el ginseng, la taurina, el glucoronolactona o el guaraná”, asevera.
¿Las bebidas energéticas se asemejan a las bebidas deportivas?
“Hay que tener en cuenta que estas bebidas no son bebidas deportivas. Son bebidas excitantes e hipertónicas”, según Ausiró, quien insiste en que “la bebida deportiva se diferencia en que es isotónica e hidratante, es decir, es una bebida cuya función es la de evitar la deshidratación del deportista y está compuesta por agua, electrolitos como el sodio, potasio y cloro, además de hidratos de carbono, cuya cantidad es específica para el deportista”. De acuerdo con la dietista y nutricionista, “el consumo de bebidas energéticas no es aconsejable porque, además de poseer un exceso de azúcar, llevan sustancias que son excitantes como la cafeína o la taurina, que pueden provocar grabes problemas de salud a nivel cardiaco y del sistema nervioso, incrementando el riesgo cuando se consumen con alcohol”.
Bebidas energética y problemas de salud
Las calorías que aportan estas bebidas al organismo son en forma de azúcares simples de asimilación rápida y en mucha más cantidad de la necesaria, “proporcionándonos más azúcar del que necesitamos en un día, lo que puede conllevar a la aparición de sobrepeso y obesidad, relacionándose con enfermedades cardiovasculares, así como diabetes tipo 2”, detalla Ausiró. “Un ejemplo lo tenemos en una botella de 200ml. de cualquier bebida energética, que puede contener hasta 12 terrones de azúcar; aproximadamente 52 gramos, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un consumo máximo al día de 25 gramos”.
Altas dosis de cafeína
De acuerdo con la nutricionista de Vithas Las Palmas, “el contenido de cafeína de estas bebidas energéticas es de 32 miligramos por cada 100 mililitros. Teniendo en cuenta que algunos envases son de 300 hasta 500 mililitros, la cantidad de cafeína que se puede ingerir es muy elevada, pudiendo sobrepasar los niveles que se consideran seguros”. Por su parte, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria indica que, el consumo de 3 miligramos de cafeína puede provocar riesgos cardiovasculares, hematológicos, neurológicos y alterar el comportamiento. Asimismo, la AESAN asegura que el consumo de 1.4 miligramos de cafeína/día por kilo de peso puede provocar insomnio. Aun así, “en el caso de las mujeres embarazadas, la ingesta de cafeína procedente de distintas fuentes de hasta 200mg/día y repartidas a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales para la salud del feto”, resalta la especialista.