Incontinencia urinaria, ¿qué es y cómo se trata?

Incontinencia urinaria, ¿qué es y cómo se trata?

Vithas Madrid Arturo Soria

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La pérdida involuntaria de orina afecta más a las mujeres que los hombres, siendo la edad el principal factor de riesgo, pero no el único.

Si en más de una ocasión has sentido la necesidad de orinar o no has podido aguantar las ganas, es probable que padezcas incontinencia urinaria.

Descubre más sobre una patología que está provocada, principalmente, por la edad y cómo tratarla.

¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina provocada por el mal funcionamiento de la vejiga y de los músculos del suelo pélvico.

Esta patología urinaria produce en el paciente una sensación urgente de miccionar ante la imposibilidad de retener la orina, a veces en cantidades menores y ocasionales, y otras con mayor frecuencia.

La incontinencia urinaria se divide en diferentes tipos:

  • De esfuerzo: la orina se escapa al ejercer presión sobre la vejiga (como toser, estornudar, reír, levantar peso, etc).
  • Por urgencia: la necesidad repentina e intensa de miccionar provoca una pérdida involuntaria de orina, especialmente, por la noche.
  • Por rebosamiento: goteo constante o frecuente de la orina debido a que la vejiga no se vacía por completo.
  • Funcional: discapacidad física o mental que impide al paciente llegar al baño a tiempo.
  • Mixta: combinación de más de un tipo de incontinencia urinaria.

Incontinencia urinaria: ¿afecta más a hombres o a mujeres?

El progresivo aumento de la población mayor de 65 años en España hace prever un incremento exponencial de las personas que tendrán incontinencia urinaria.

De hecho, se estima que, en nuestro país, 6,5 millones de personas sufren pérdidas de orina, de las cuales, el 75% son mujeres a partir de los 50 años y el 25% restante, hombres mayores de 40.

Esto supone que la incontinencia urinaria tiene una prevalencia global del 15%, superando el número de los casos de otras patologías tan conocidas como la diabetes, la artrosis o la osteoporosis.

Factores de riesgo de la incontinencia urinaria

Los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de padecer incontinencia urinaria son:

  • Edad: es el principal factor de riesgo en esta enfermedad. Conforme avanzan los años, la vejiga y la uretra pierden fuerza y reducen su capacidad para retener voluntariamente la orina.
  • Obesidad y sobrepeso: el exceso de peso aumenta la presión sobre la vejiga y los músculos de la zona, debilitándola y aumentando el riesgo de pérdidas de orina por actos tan cotidianos como toser o estornudar.
  • Embarazo: tanto si es múltiple o no, el esfuerzo que realizan las mujeres en el embarazo y posterior parto debilitan los músculos del suelo pélvico, además de otras etapas posteriores como la menopausia.
  • Algunas enfermedades: como las neurológicas y neurodegenerativas pueden aumentar el riesgo de incontinencia urinaria.

Por todo ello, y aunque resulte incómodo hablar del tema, se recomienda a los pacientes consultar a su médico si padece alguno de estos síntomas y considera que está afectando a su calidad de vida y sus actividades cotidianas.

Tratamiento de la incontinencia urinaria

Dependiendo del grado de incontinencia urinaria, y lo agravados que están los síntomas, el paciente deberá someterse a algún tratamiento prescrito por su médico, que puede empezar por terapias menos invasivas y continuar con otras más quirúrgicas para ponerle solución.

  • Entrenamiento de la vejiga: retrasando la micción que sientes de orinar durante, aproximadamente, 10 minutos. El objetivo es prolongar el tiempo cada 2 o 3 horas.
  • Orinar dos veces: para aprender a vaciar la vejiga lo más posible para evitar la incontinencia por rebosamiento.
  • Control de líquidos y alimentación: limitando o evitando algunas sustancias (como el alcohol o la cafeína) que aumentan las ganas de miccionar.
  • Fortalecimiento del suelo pélvico: a través de profesionales de Enfermería y Fisioterapia con el objetivo de aumentar la resistencia de los músculos de la zona.
  • Cirugía con botox: intervención sencilla y mínimamente invasiva donde se inyecta toxina botulínica con una aguja endoscópica especial. La intervención comporta escasas complicaciones al paciente, que es dado de alta el mismo día.
  • Malla intra-abdominal: la colposacropexia es una técnica que se realiza mediante laparoscopia y con ayuda de cirugía robótica, donde se implanta una malla que permite sujetar los músculos y ligamentos del suelo pélvico debilitados.

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