El mar, las olas, el viendo, el sol… si practicas surf seguro que estos factores ambientales son muy familiares para ti pero… ¿sabes cómo pueden afectar a tus ojos? Si eres surfista seguro que has oído hablar alguna vez, o padecido, una patología ocular denominada pterigión, y conocida ta...
El mar, las olas, el viendo, el sol… si practicas surf seguro que estos factores ambientales son muy familiares para ti pero… ¿sabes cómo pueden afectar a tus ojos? Si eres surfista seguro que has oído hablar alguna vez, o padecido, una patología ocular denominada pterigión, y conocida también como “ojo del surfista”, por ser una patología común en las personas que practican este deporte.
Hoy el Dr. Cilveti, Jefe del Servicio de Oftalmología del hospital Vithas Xanit Internacional, nos explica qué es exactamente esta patología ocular, cómo podemos prevenirla y, sobre todo, por qué es importante proteger nuestros ojos del sol.
¿Qué es el pterigión?
El pterigión es una degeneración de la conjuntiva que produce un crecimiento anormal de color rojo y blanquinoso de ésta, de tal forma que invade la córnea. Normalmente provoca un pequeño bulto en el globo ocular que suele aparecer en el lado más cercano a la nariz, aunque también puede afectar al lado externo del ojo o a ambos ojos.
Causas del pterigión
Esta patología tiene varios factores causales:
- Traumatismo físico que supone la exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar: la exposición solar prolongada y la sequedad son factores que propician la aparición de esta patología.
- Microtraumatismos físicos que provoca el viento, el polvo, cuerpos extraños movidos por el viento o incluso el calor intenso: la exposición a estos factores ambientales, comunes en la playa que es donde se practica el surf, también incrementan el riesgo de desarrollar pterigión.
- Factor genético: hay algunas personas que están más predispuestas que otras a desarrollar esta patología.
Los surfistas, como cualquier persona (deportista o no) que se encuentre expuesta en su día a día al sol, el viento, el calor intenso o el aire libre en general, tienen una mayor incidencia de tener un pterigion, ya que están en contacto directo de forma continua con todas las condiciones que favorecen su aparición.
Detección y tratamiento del pterigión
El primer paso para tratar esta patología es, sin duda, prevenirla. Para ello lo más importante es proteger nuestros ojos de todos los factores descritos anteriormente, sobre todo del sol.
Una vez que aparece, lo detectaremos por la aparición de un pequeño bulto en la conjuntiva situada entre la córnea y la nariz. Este bultito suele estar enrojecido y tiene tendencia a crecer hasta alcanzar la córnea, sobre la que suele avanzar. Cuando es pequeño los síntomas son el enrojecimiento, leves molestias, escozor, pinchazos; pero cuando es grande y afecta a la córnea puede incluso disminuir la visión.
El tratamiento cuando es pequeño y no alcanza la córnea pasa por el uso de lágrimas artificiales y, ocasionalmente, antiinflamatorios tópicos, suele ser suficiente para que desaparezca.
Si alcanza la córnea o su tamaño es mayor, la solución pasa por la cirugía, que en principio es sencilla.
Proteger nuestros ojos del sol
Proteger nuestros ojos del sol es importante, y no sólo para las personas que practiquen surf, sino para toda la población en general. Y es que, aunque la exposición solar muy moderada tiene beneficios para nuestra salud, en exceso se convierte en un terrible enemigo de nuestros ojos y piel. Es especialmente peligrosa para los ojos la radiación ultravioleta, que tiene gran capacidad de penetración en los tejidos oculares, penetrando incluso en el espesor de la conjuntiva que es translucida y produciendo cambios celulares capaces de originar el pterigion, así como otras degeneraciones y tumores.
La protección contra este tipo de radiación en principio no puede ser otra que interponer barreras que bloqueen las radiaciones ultravioletas, como gafas de sol. Así pues, ya sea durante la práctica de surf o de cualquier otro deporte al aire su uso es fundamental, no solo para protegernos del sol sino también, del viento, de posibles microtraumatismos, etc. Para que sean efectivas deben tener un elevado nivel de filtro ultravioleta, al menos del 40% o superior.
El uso de lágrimas artificiales, evitar la exposición a aguas contaminadas o con restos, pueden servirnos también como medidas protectoras adicionales, así como el uso en el agua de gafas de natación, que incluso se pueden encontrar con filtro protector solar.