Las revisiones sanitarias durante el embarazo han logrado disminuir significativamente la mortalidad y las complicaciones de las madres y de los recién nacidos. Los consejos, el control y la relación con los profesionales sanitarios ayudan a tener un embarazo saludable. Por tanto, es muy important...
Las revisiones sanitarias durante el embarazo han logrado disminuir significativamente la mortalidad y las complicaciones de las madres y de los recién nacidos. Los consejos, el control y la relación con los profesionales sanitarios ayudan a tener un embarazo saludable. Por tanto, es muy importante que la gestante se responsabilice de su embarazo y asista a las consultas para realizar las pruebas indicadas.
Es necesario vigilar periódicamente el embarazo para fomentar la salud de la madre y del futuro bebé y para disminuir el riesgo de complicaciones en el parto.
La primera consulta
La primera consulta prenatal es más larga y detallada que las sucesivas. Durante la misma, se realizará la historia clínica, con especial interés sobre antecedentes personales y familiares de relevancia en el embarazo.
Estos datos son importantes para poder detectar problemas que puedan surgir más adelante. Se cumplimentará la cartilla del embarazo, que deberá llevarse siempre que se acuda a la consulta, se solicitarán las pruebas de laboratorio, se programarán las visitas sucesivas y cualquier otra prueba especial que pueda ser necesaria.
En la consulta, es importante comentar con el doctor/a cualquier duda que la gestante pueda tener y realizar cuantas preguntas se planteen con libertad. Esta primera visita de control se realiza normalmente entre la séptima y la 10ª semana del embarazo y sirve para:
- Confirmar el diagnóstico de embarazo.
- Descubrir antecedentes que pueden actuar sobre el embarazo actual.
- Descartar precozmente la posibilidad de complicaciones (amenaza de aborto, embarazo ectópico, etc.).
- Indicar las primeras normas higiénicas.
Durante esta visita el ginecólogo realizará las siguientes pruebas:
- Exploración física: control de tensión arterial, citología cervical, registro de peso y talla. Exploración ginecológica.
- Análisis de orina: determinación de nivel de glucosa, presencia de albúmina y sangre y confirmación en su caso del embarazo.
- Análisis de sangre: determinación de grupo sanguíneo y Rh, hemoglobina, glucemia, estado de inmunización de rubeola, hepatitis B, toxoplasmosis y enfermedades de transmisión sexual (sífilis y SIDA).
- Ecografía: La primera se realiza entre las 6 y 10 semanas para confirmar la correcta implantación del embarazo en el útero. El latido del embrión se observa a partir de la semana 6 y el riesgo de aborto se reduce a un 3%.
En función de los resultados de todos estos exámenes, el especialista informará del curso del embarazo, dando las oportunas instrucciones dietéticas o higiénicas, solicitando las exploraciones que crea oportunas y recetando, si es necesario, la medicación precisa.
Aunque el ritmo de las visitas depende de cada caso, en el Área Materno-Infantil se programan habitualmente de este modo:
- Hasta las 30 semanas: mensual.
- De las 30 a las 36 semanas: quincenal.
- De las 37 a las 40 semanas: semanal.
- A partir de las 40 semanas: 1-2 veces por semana.