Podemos afirmar que practicar deporte de forma moderada es beneficioso para la salud. En cambio, algunos estudios sugieren que un ejercicio excesivo puede ser contraproducente. El estudio de la Universidad de Ontario es en un número pequeño de ratones, donde observaron que los que más ejercicio ...
Podemos afirmar que practicar deporte de forma moderada es beneficioso para la salud. En cambio, algunos estudios sugieren que un ejercicio excesivo puede ser contraproducente.
El estudio de la Universidad de Ontario es en un número pequeño de ratones, donde observaron que los que más ejercicio hacían, envejecían en general más tarde. Después tomaron un grupo reducido de personas (29) y estudiaron su piel mediante una biopsia.
Aparentemente los que hacían más ejercicio tenían más grosor de su dermis y un aumento de IL 15, pero es difícil afirmar que se debe al ejercicio y no a otros factores como su genética o su alimentación.
Respecto a la piel, no hay una evidencia clara del beneficio del deporte en la piel. Realizando una búsqueda en revistas científicas podemos encontrar escasos estudios al respecto.
Algunos estudios sugieren que al aumentar el flujo sanguíneo durante el ejercicio las células de la piel reciben mayor oxigenación, pero también más radicales libres y puede empeorar procesos como una rosácea por la vasodilatación.
De forma indirecta el ejercicio es beneficioso para la piel porque disminuye el estrés y muchos procesos cutáneos como psoriasis, dermatitis atópica, acné, empeoran con el estrés. Si bien, la actividad extenuante puede empeorar estos procesos.
La función del sudor
La función principal del sudor es la termorregulación. Con el sudor eliminamos principalmente agua y algunos compuestos.
Pero la función del sudor no es detoxificar la piel, sino que podríamos decir que neutralizar toxinas es un complejo mecanismo que ocurre a nivel local en la propia piel y en otros órganos, principalmente a nivel hepático.
Por otro lado, el sudor parece aumentar las posibilidades de presentar una quemadura solar.
Deportes beneficiosos
Podemos afirmar por la evidencia de la práctica médica diaria que las personas que realizan mucho deporte al aire libre suelen tener a largo plazo un daño cutáneo superior, pero esto no se debe al deporte sino a una exposición solar mayor y a una escasa protección solar.
Por ejemplo, las personas con rosácea se benefician de entornos fríos, por lo tanto, puede ser un deporte adecuado la natación. Sin embargo, la natación puede empeorar a los pacientes con dermatitis atópica.
Aspectos Negativos
El proceso de envejecimiento facial se asocia a una pérdida de elasticidad en los ligamentos que envuelven los depósitos grasos de la piel.
Es evidente que la fuerza de la gravedad ayuda a fomentar este proceso. En este sentido, la tracción repetida podría colaborar a fomentar este proceso, pero no hay evidencias suficientes para afirmarlo.
Algunos deportes que producen roces repetidos pueden empeorar condiciones como el acné o la hidradenitis. La sudoración puede ayudar a macerar la piel de los pliegues, en especial en personas con sobrepeso, y favorecer algunos procesos como una candidiasis.
Algunos estudios han demostrado disminución de la inmunidad cutánea (inmunoglobulina A) y de los niveles de antioxidantes después de ejercicio exhaustivo, y esto se ha relacionado con infecciones en la piel después de prácticas deportivas extenuantes.
Piel e hidratación
La piel necesita hidratación y fotoprotección para combatir el envejecimiento. Evitar el ejercicio al aire libre en las horas centrales del día sin protección también es una medida correcta.
Usar prendas de ropa que protejan la piel más expuesta (la que recibe la radiación ultravioleta de forma vertical del sol, como una gorra o gorro para cubrir el cuero cabelludo) es otro importante consejo. Si evitamos el maquillaje evitamos la oclusión de la unidad pilosebácea.
En resumen, es importantísimo hacer deporte con moderación, y disfrutar al aire libre, pero protegiendo tu piel.