La salud no entiende de estaciones del año. Y, por eso, las Urgencias hospitalarias tampoco cierran en una época asociada a la diversión, las vacaciones y la playa. Pero, ¿qué patologías son más habituales en la estación estival?
Aunque el número de pacientes, al menos en las Urgencias de Vithas Vitoria, es bastante similar durante todo el año, en verano sí cambian los tipos de consulta.
Hay una mayor frecuencia de pacientes con deshidratación o insolaciones por exceso de sol. Los llamados golpes de calor. Estamos viendo más que antes, porque ha cambiado la temperatura en el norte, con días que rondamos los 40º.
Cuando hay una temperatura exagerada, el que no está acostumbrado, se piensa que es algo pasajero y hace su vida normal. Bebe la misma cantidad de agua, se expone al sol como siempre, sale a correr o hacer deporte como siempre… Y eso no puede hacerse.
Nos gusta el sol y estar morenos, pero debemos tener presente que, con casi 40 grados, hay que tener sentido común y no exponernos de forma irresponsable.
Porque nuestro organismo sufre. Nuestro cuerpo funciona habitualmente con una temperatura en torno a los 36 grados. Si tenemos 37, hablamos de febrícula. Y con 38, de fiebre. Por tanto, a 40º es como si funcionáramos con fiebre, y todo nuestro metabolismo se altera.
Otro apartado destacado en las urgencias en estas fechas son las gastroenteritis, diarreas y vómitos, sobre todo por una ingesta algo más frecuente de alcohol. O las intoxicaciones alimentarias, producidas en ocasiones por una mala conservación de los alimentos. A veces nos confiamos por vivir en una zona, en teoría más fresca, no los refrigeramos adecuadamente y los productos se descomponen un poco por el intenso calor.
Sin olvidarnos de la contaminación viral. Los virus respiratorios, sobre todo de tipo catarrales, proliferan por las grandes concentraciones de personas en playas, conciertos, fiestas… El calor no los elimina y se propagan fácilmente, sobre todo entre los niños. No hay freno y se cometen más indisciplinas que en otras épocas del año.
Una falta de disciplina que se percibe, sobre todo, con los más pequeños. Sus visitas a las urgencias pediátricas las motivan, especialmente, los episodios digestivos. Bien por ingerir alimentos que quizá no tenían la calidad idónea o bien por sobrecarga alimenticia.
¿A qué se debe? Durante el resto del año, en la escuela, tienen un horario de comida, merienda, desayuno, etc. Pero en vacaciones se altera. Empieza la híper alimentación, incluso la gula. Comen más y a deshora. En verano vemos muchos desarreglos dietéticos, con episodios de diarrea, vómitos o dolores abdominales.
A ello se suman los ya mencionados contagios virales, al bañarse y seguir jugando incluso con fiebre o resfriados, lo que contribuye a multiplicar los virus.
Y, por supuesto, no faltan, tanto en niños como en mayores, las picaduras, ya que con el calor y la humedad hay un alza de mosquitos y muchos otros insectos, que están más activos.
Para evitar, o reducir, buena parte de estas patologías y sus consecuencias sobre nuestra salud, la clave es beber agua suficiente, cuidar la alimentación, protegerse del sol y mantener, también en vacaciones, cierta disciplina.