El consumo de alcohol se considera tóxico para el organismo y dependiente tanto de la cantidad ingerida, como exponencialmente, de la duración de la exposición al tóxico. Debemos de considerar la cantidad de etanol (principal sustancia que contiene el alcohol) por sí solo y no el tipo de bebida...
El consumo de alcohol se considera tóxico para el organismo y dependiente tanto de la cantidad ingerida, como exponencialmente, de la duración de la exposición al tóxico. Debemos de considerar la cantidad de etanol (principal sustancia que contiene el alcohol) por sí solo y no el tipo de bebida alcohólica a la que nos exponemos y dejar de lado la gran cantidad de estudios, poco concluyentes, sobre los efectos beneficiosos de cada tipo de bebidas (vinos, destilados, fermentados, etc). No existe en la actualidad ninguna sociedad científica que recomiende el consumo de bebidas conteniendo etanol.
Dicho esto, hoy vamos a repasar los principales daños que un consumo habitual de alcoholo puede provocar en nuestro organismo:
- A nivel neurológico provoca un falso estado de euforia que termina en un estado continuo de ansiedad. Provoca deterioro en el sistema nervioso central que finaliza en cuadros de demencia. Así mismo provoca trastornos motores, de la movilidad fina y alteraciones de la marcha. Así mismo se ha demostrado un aumento de la posibilidad de ictus tanto hemorrágicos como isquémicos.
- A nivel hemodinámico en el consumo agudo conlleva una dilatación de los vasos sanguíneos con una pérdida inmediata de gran cantidad de calor. En el consumo crónico conlleva un deterioro de las células miocárdicas del corazón que provocan una cardiopatía dilatada que provoca episodios de fracaso cardíaco, así como favorecen arritmias cardiacas pudiendo provocar la muerte. También está descrito el “corazón del día de fiesta” que consiste en la aparición de arritmias, normalmente auto limitadas en las horas posteriores a una intoxicación enólica.
- A nivel digestivo se encuentran los órganos más afectados:
- El consumo crónico de alcohol está relacionado con la aparición de cáncer de boca, lengua y laringe.
- Así mismo está demostrado el aumento de producción de ácidos gástricos, así como se favorece el paso de ácidos al esófago, produciendo desde los famosos “ardores” favoreciendo alteraciones de la mucosa esofágica tipo esofagitis que favorece la aparición de cáncer de esófago.
- A nivel gástrico está demostrada la relación entre el consumo de alcohol con la producción de gastritis, así como úlceras gástricas y duodenales y por supuesto el cáncer de estómago.
- Pero sin duda alguna el órgano más directamente afectado por el consumo crónico de alcohol es el hígado. Es en este órgano donde se produce el metabolismo del etanol y por tanto donde se van a producir los daños. Con un consumo continuado se produce inicialmente una inflamación que es una hepatitis enólica, con un consumo continuado se produce un acumulo de ácidos grasos en el hígado que conlleva la trasformación grasa del hígado, que si persiste el consumo, termina en la cirrosis hepática que puede producir por sí misma la muerte o degenerar en el cáncer hepático.
- También afecta directamente el consumo prolongado de alcohol al páncreas. Órgano desconocido y productor de las enzimas que producen la digestión. El alcohol le afecta provocando una pancreatitis que puede producir graves daños e incluso la muerte, así mismo puede cronificar a pancreatitis crónica que conlleva estado de malnutrición crónica por una malabsorción de alimentos.
- También el alcoholismo crónico produce estados de malnutrición calórico proteica. El etanol son lo que denominamos calorías vacías. O sea, aporta calorías pero no nutre, lo cual conlleva al individuo al cese alimentario, provocando estados carenciales importantes con déficits de proteínas que afectan a la producción de defensas tipo leucocitos así como de hematíes y provocan anemia. Todo esto favorece la aparición de infecciones.
Finalmente, a todos estos daños hay que añadir otros como enorme problema social y de dependencia que genera en el enfermo, así como el consiguiente gasto económico.