Una canción popular de Perlita de Huelva compuesta por José Espinosa y Felipe Campuzano en 1968, que llegó a ser una de las canciones más emblemáticas de los años 70 decía aquello de "Precaución, amigo conductor". Un lema que vuelve a estar de actualidad cada año por estas fechas con la ope...
Una canción popular de Perlita de Huelva compuesta por José Espinosa y Felipe Campuzano en 1968, que llegó a ser una de las canciones más emblemáticas de los años 70 decía aquello de "Precaución, amigo conductor". Un lema que vuelve a estar de actualidad cada año por estas fechas con la operación retorno que cada año pone en alerta la Dirección General de Tráfico.
Esta iniciativa tiene, sin duda, una importante vertiente en salud, ya que el proceso de conducción es una de las actividades cotidianas más complejas, aunque erróneamente presumamos de conocer la carretera como la palma de la mano. Sin embargo, el cerebro ejercita tanto su lado físico como cognitivo, ejercita la memoria y la atención, al tiempo que interactúa continuamente en la estimación de tiempos y velocidades.
Así, el director de los centros de neurorrehabilitación del Grupo Vithas, Joan Ferri Campos, asegura que el aspecto motor facilita la accesibilidad al vehículo y la coordinación necesaria para girar el volante en el momento y la intensidad adecuada; el cerebro también pone a prueba la capacidad y agudeza visual, y las correspondientes correcciones ópticas para ver y procesar el estado de la carretera y el resto del tráfico; la memoria se ejercita recordando lo aprendido, el significado de las señales, el recorrido que queremos hacer; al mismo tiempo procesamos toda la información que percibimos por los distintos sentidos, y ejercitamos la acción motora con unos tiempos de respuesta rápidos.
Del mismo modo, mantenemos la atención no sólo en los desplazamientos cortos, sino en los trayectos largos en los que debemos de mantener el mismo nivel de alerta en todo momento -de ahí la necesidad de descansar cada cierto tiempo- y realizamos cálculos mentales complejos a la hora de estimar la velocidad de otros vehículos o peatones, los tiempos de reacción, o prever nuestra propia inercia.
Sin embargo, por desgracia, esta complejidad no es perfecta y en ocasiones falla alguno de estos procesos, nuestro o de otro conductor, y se producen los accidentes de tráfico. Afortunadamente, la mayoría de ellos son leves y no todos provocan ni heridos ni, por supuesto, fallecidos. Las estadísticas de la DGT hablan de que el año pasado, en toda España, se contabilizaron 72.959 accidentes de tráfico con víctimas, en los que, además de las 1.370 personas que perdieron la vida, 94.562 resultaron heridas, de las cuales 6.681 requirieron ingreso hospitalario.
Para evitar formar parte de esta estadística, la Dra. Idoya Sanluis, de la Unidad de Tráfico del Hospital Vithas Vigo, aconseja que "por supuesto, nada de alcohol o drogas al volante"; planificar los viajes y los correspondientes descansos parando como máximo, cada dos horas; hidratarnos frecuentemente, especialmente en las jornadas de calor; y utilizar todos los dispositivos de seguridad (el casco en la moto y el cinturón de seguridad en los coches).
También pide precaución a los peatones, sobre todo en las ciudades, en las que en ocasiones circulan pendientes del móvil y cruzan, aunque sea por un paso de cebra, sin cerciorarse de que los coches detienen su marcha.
La Dra. Sanluis Fernández señala que las víctimas de un accidente de tráfico suelen ser “politraumatizados o policontusionados, por tanto, es muy frecuente que, además de la atención que requieren en un primer momento en Urgencias, el paciente debe de acudir a varios especialistas”, y por eso, la Unidad de Tráfico de Vithas Vigo cuenta con personal administrativo propio, lo que hace que el paciente salga de Urgencias con cita para la Unidad de Tráfico. Además, este personal se encarga de recabar toda la información necesaria para presentar al seguro y de coordinar las citas asistenciales.
Las lesiones más frecuentes en un accidente de tráfico son las que se deben a la inercia. Esta produce un movimiento brusco del cuerpo hacia adelante, manteniendo en posición normal la cabeza, que produce un movimiento de hiperextensión forzada cervical. Décimas de segundo después, la cabeza acompaña al cuerpo, provocando el movimiento contrario, una hiperflexión cervical, “esa inercia tan brusca es la que produce el conocido esguince cervical; y por eso, es tan importante en los coches el reposacabezas”.
Del mismo modo, la Dra. Sanluis Fernández explicó que “es muy frecuente” que el paciente llegue a Urgencias con “un poquito de dolor, pero no muy grave en el momento inicial, y que, a lo largo de las horas, o incluso a lo largo de unos días, la cosa vaya a más; y por eso es muy importante el seguimiento de la lesión”.
Otras lesiones frecuentes, son las torácicas, las fracturas de esternón o costales, o lesión de órganos como pulmones, grandes vasos, o casos de fractura cardiaca; y en el caso de los motoristas y ciclistas, las laceraciones debido a las caídas.