El distanciamiento social ha demostrado ser nuestra herramienta más efectiva para controlar el contagio masivo por el virus causante del Covid-19. Sin embargo, esta medida puede ser tan poderosa como arriesgada, especialmente en poblaciones vulnerables. Prueba de ello es la población de adultos...
El distanciamiento social ha demostrado ser nuestra herramienta más efectiva para controlar el contagio masivo por el virus causante del Covid-19. Sin embargo, esta medida puede ser tan poderosa como arriesgada, especialmente en poblaciones vulnerables.
Prueba de ello es la población de adultos mayores. Los ancianos, además de ser grupo de riesgo porque son los más vulnerables a desarrollar una presentación severa de la enfermedad, pueden sufrir una serie de riesgos derivados de las medidas de confinamiento. En ellos preocupa especialmente que el distanciamiento social se convierta en un aislamiento completo.
Principales riesgos en adultos mayores
- Desarrollo de patologías relacionadas con la salud mental: el distanciamiento social aumenta de manera significativa el riesgo de enfermedades como la depresión y el trastorno de ansiedad, especialmente en la población mayor. Adicionalmente, los adultos mayores pueden presentar episodios confusionales agudos con alucinaciones y desorientación.
- Descompensación de patologías crónicas de base: la limitada disponibilidad para atención médica de rutina puede hacer que el control de patologías como la diabetes, la hipertensión, la insuficiencia cardiaca, entre otros, se descontrolen e incluso requieran atención urgente en el ámbito hospitalario
- Errores en pauta de medicamentos: algunas personas pueden olvidar tomar sus medicamentos o hacerlo de forma errónea. Es muy importante que los familiares estén pendientes de su administración. El uso de un pastillero semanal puede ser de gran utilidad.
- Desnutrición y deshidratación: algunos mayores no tienen la suficiente movilidad y destreza para cocinar platos nutricionalmente densos. Esto puede motivar que la dieta se reduzca a productos procesados, altos en azúcar y bajos en nutrientes. Igualmente, la población geriátrica puede tener la percepción de sed alterada, pudiendo pasar 24h sin la adecuada hidratación. La deshidratación puede conllevar a caídas, infecciones urinarias, alteraciones en la función renal y episodios confusionales agudos.
- Atrofia muscular y dolores articulares: puede afectar especialmente a aquellos con sobrepeso y muy bajo peso.
Un alto grado de fragilidad, poca movilidad y un mayor número de patologías crónicas de base, son los principales factores de riesgo para desarrollar las complicaciones mencionadas anteriormente.
Recomendaciones para un confinamiento óptimo
- Alimentación: es importante que sigan una dieta variada que incluya alimentos frescos, frutas, verduras y una proteína (sea animal o vegetal) en cada comida. Asegurar un adecuado consumo de agua, en general es entre 1.5 y 2L al día. Minimizar el consumo de azúcar y procesados. Evitar por completo las bebidas alcohólicas.
- Actividad física: recomendamos dar paseos dentro de casa y evitar permanecer en una silla o en la cama más de 2 horas. Es decir, cambios de posición frecuentes. Si son adultos mayores activos pueden seguir adelante con algunas de sus actividades, como por ejemplo pilates o yoga. Las personas sedentarias deben limitarse a hacer tareas de casa básicas y acorde a la capacidad individual. No es momento de iniciar ejercicios o actividades físicas que no se hayan realizado previamente.
- Vitamina D: en la medida de lo posible, se recomiendan 20 minutos de exposición solar al día y permanecer la mayor cantidad de tiempo en una estancia con luz natural con las persianas y cortinas abiertas. Adicionalmente, comentar que la evidencia nos está demostrando que unos adecuados niveles de vitamina D pueden ser fundamentales para el óptimo funcionamiento de nuestro sistema inmune.
Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y Geriatría de Vithas Internacional
