Con la llegada del otoño-invierno a algunas personas suelen experimentar la sintomatología típica de un resfriado que no suele marcharse hasta que llega el verano. Pues bien, en un gran porcentaje de ellos no se trata de un resfriado, sino que podría tratarse de una rinitis alérgica. Pero, ¿q...
Con la llegada del otoño-invierno a algunas personas suelen
experimentar la sintomatología típica de un resfriado que no suele marcharse
hasta que llega el verano. Pues bien, en un gran porcentaje de ellos no se
trata de un resfriado, sino que podría tratarse de una rinitis alérgica. Pero,
¿qué pasa cuando un paciente tiene estos síntomas y tras realizar todos los
estudios alergológicos no se evidencia positividad a ningún alérgeno? En estos
casos entramos dentro de un amplio abanico de posibilidades, no siempre fáciles
de distinguir, pero englobadas bajo el marco de la rinitis no alérgica.
Los síntomas de las rinitis, entendidas estas en general
como una afectación de la fisiología nasal, no difieren mucho entre sí, aunque
puede haber una serie de matices que nos ayuden a distinguir los 3 grandes
grupos en los que las clasificamos.
Las más frecuentes de
todas ellas son las rinitis infecciosas, habitualmente cursan con
mucosidad blanquecina o verdosa o amarillenta, pero suele ser más densa que en
las rinitis alérgicas, más difícil de expulsar, acompañada de congestión nasal
y otros síntomas como puede ser dolor de garganta, de oídos o de cabeza,
sensación de destemplanza (febrícula o fiebre), malestar general… Es decir, un
catarro “de los de toda la vida”, que en la gran mayoría de los casos suele
deberse a infecciones por rinovirus y en otras por infecciones bacterianas, y
como tales, no suelen durar más de 1-2 semanas.
La rinitis alérgica, puede conllevar igualmente una mucosidad transparente o blanquecina,
por lo general muy fluida, constante y que la gente suele calificar como «una
agüilla» o «como un grifo» (los ingleses le dicen “runny nose”, como “nariz
líquida”). Esta suele acompañarse de estornudos en salva (muchos, 5, 10, 20…
casi como si tuvieran un hipo incontrolado), y en función de los alérgenos es
más típico el picor o prurito nasal en aquellos alérgicos a los pólenes
(realmente el picor es muy molesto, nariz, paladar, garganta, oídos, ojos…, pica
todo), y otros suelen tener con más frecuencia congestión, como aquellos
alérgicos a ácaros. Por último, con mucha frecuencia suele asociarse
conjuntivitis, es decir, afectación ocular con ojos rojos, que lagrimean y
pican. La duración las rinitis alérgicas
dependerá del factor desencadenante. Si son pólenes pueden ser varios
meses en primavera; en el caso de los ácaros los síntomas de alargan casi todo
el año, aunque suelen mejorar en verano; si son hongos de la humedad pueden
presentarse crisis tras los días de lluvia, los días húmedos…; y si son causadas
por animales, las reacciones llegarán siempre que se esté en contacto con
ellos.
¿Y si no es
ni una, ni otra? Rinitis no alérgica-no infecciosa
El término rinitis no alérgica-no infecciosa se aplica a la
afección nasal en la que los síntomas
son idénticos a la rinitis alérgica pero la causa alérgica se ha excluido.
Puede afectar tanto a niños como a adultos, aunque es más frecuente a partir de
la tercera década de la vida.
Los desencadenantes
de los síntomas de rinitis no alérgica varían y pueden incluir ciertos olores e
irritantes del aire, cambios de clima, ciertos medicamentos, determinadas
comidas y otras afecciones crónicas.
El diagnóstico
de rinitis no alérgica (RNA) se establece cuando se descarta la causa
alérgica y para ello es necesario realizar un estudio alergológico en el que se
realizan pruebas cutáneas a los aeroalérgenos habituales del medio en el que
está el paciente y en algunos casos se pueden necesitar análisis de sangre para
determinación en ambos casos de la presencia de inmunoglobulina E específica
frente al alérgeno en cuestión.
En la rinitis no alérgica, los síntomas pueden presentarse de forma constante o en forma de
crisis. Algunos de ellos son:
- Moqueo.
- Estornudos.
- Congestión nasal.
- Sensación de moco en la garganta (goteo
postnasal). - Irritación de la faringe.
- Tos.
- Picor en nariz y ojos, aunque estos serían más
frecuentes en la rinitis alérgica.
El origen o las causas exactas de este tipo de rinitis no se
conocen bien, aunque los datos que tenemos actualmente apuntan a factores
estimuladores y vasodilatadores sobre los vasos sanguíneos de la nariz, o bien hacia
una hiperrespuesta de las terminaciones nerviosas nasales similar a la que
presentan aquellos pacientes con hiperreactividad bronquial.