La situación actual de pandemia está teniendo un efecto negativo innegable en el estado de ansiedad y en la aparición de algunos síntomas depresivos en buena parte de la población, sea por efectos neuropsiquiátricos directos de la infección por la covid-19 o por los efectos indirectos de la p...
La situación actual de pandemia está teniendo un efecto negativo innegable en el estado de ansiedad y en la aparición de algunos síntomas depresivos en buena parte de la población, sea por efectos neuropsiquiátricos directos de la infección por la covid-19 o por los efectos indirectos de la pandemia en la salud mental general.
Evidentemente, “la parte más dura la han sufrido y la están sufriendo todas aquellas personas que padecen la enfermedad con manifestaciones graves, que con abrumadora frecuencia mueren en soledad”, explica la Dra. Ana María Vilches, psiquiatra de Vithas Sevilla. El duelo para quienes no pueden acompañarlos está siendo muy difícil de elaborar para muchos y los profesionales de la salud y otras ocupaciones afines, que llevan un año de trabajo casi incesante en una situación nunca antes vivida, también ven menoscabada en muchas ocasiones su salud mental. Los síntomas de estrés postraumático, por ejemplo, se han identificado tanto en supervivientes como en el personal sanitario.
Desde pocos meses después del inicio de la pandemia, se han publicado estudios que describen el aumento de incidencia de trastornos depresivos y de ansiedad, especialmente en determinados sectores de la población: “se presentan más en mujeres, especialmente en aquellas que están embarazadas, en personas con trastornos mentales previos, más en áreas urbanas que rurales, y en aquellos que sufren previamente alguna enfermedad crónica”, matiza la especialista.
Algunos cambios en nuestros hábitos de vida, debidos a las restricciones en la movilidad y las relaciones sociales, están también influyendo negativamente en la aparición y evolución de estos trastornos. “El aumento del consumo de tabaco, la disminución del ejercicio físico, la limitación del contacto con personas significativas o el aumento de horas de trabajo que ha acompañado en muchos casos a la modalidad de teletrabajo, pueden empeorar la evolución de algunas de las patologías del espectro ansiedad o depresión que estamos detectando con mayor incidencia”.
¿Cómo recuperar nuestro día a día?
“A lo largo de esta pandemia, los psiquiatras y psicólogos estamos viendo en nuestras consultas pacientes cuyos trastornos mentales han sufrido un empeoramiento por la situación que vivimos, así como otras personas, sin psicopatología previa, que consultan por crisis de ansiedad, insomnio, preocupación excesiva, ideas hipocondríacas, conductas evitativas patológicas, tensión psíquica constante, ideas obsesivas, conductas compulsivas… que probablemente en otras circunstancias menos dramáticas no habrían aparecido”.
“Algunas medidas universales que debemos introducir orecuperar en nuestro estilo de vida actual son el ejercicio físico, la alimentación saludable, el tiempo de reposición y de ocio, el reparto igualitario de tareas en el domicilio, el mantenimiento de nuestra red social (la de verdad, la de toda la vida); todo esto, con ayuda, eso sí, dadas las circunstancias actuales, de las herramientas digitales que pueden hacer menos notable la distancia real a la que estamos de los nuestros”.
No sabemos cuánto va a durar esta situación, pero sí vamos conociendo las consecuencias. De forma individual, “además de las medidas anteriormente citadas, las personas que experimenten síntomas que les impiden reconocerse a sí mismos o continuar con su funcionamiento habitual (laboral, relacional, afectivo…) deben consultar con profesionales de la salud mental, puesto que una adecuada evaluación del caso y elección de tratamiento psicofarmacológico y/o psicoterapéutico, pueden mejorar ampliamente su calidad de vida”.