Con el comienzo del año, muchas personas deciden adoptar un estilo de vida más activo y saludable. Sin embargo, para disfrutar plenamente del deporte y evitar lesiones, es crucial prestar atención al cuidado de los pies. Desde el uso del calzado adecuado hasta la higiene diaria, aquí te ofrecemos consejos clave para proteger tus pies y mantenerlos en óptimas condiciones.
1. El calzado adecuado: una elección fundamental
Un buen calzado deportivo es esencial, especialmente para quienes se inician en el mundo del deporte. Aquí te dejamos algunos puntos a considerar:
Respeto a la Forma del Pie: Busca zapatillas que no opriman la punta del pie y que ofrezcan suficiente espacio en el antepié.
Amortiguación y Drop: Considera los materiales de amortiguación y el drop (diferencia de altura entre el talón y la punta). Evita cambios drásticos, como pasar de un drop de 8 mm a 0 mm, ya que esto puede causar lesiones en el tendón de Aquiles y los músculos del tríceps sural.
Cuidado de la Piel: Usa crema hidratante con urea al 10-15% para prevenir grietas y sequedad.
Uñas Bien Cortadas: Mantén las uñas en un corte recto y evita dejarlas muy largas o darles forma de semiluna para prevenir uñas encarnadas.
2. Calcetines y sudoración
La elección de los calcetines y la gestión del sudor son clave para evitar molestias y patologías:
Calcetines de Algodón: Opta por calcetines de algodón en lugar de licra para minimizar las rozaduras, especialmente en personas mayores y pacientes diabéticos.
Control de la Humedad: Si tus pies sudan mucho, utiliza fórmulas antitranspirantes, polvos de talco y ventila el calzado. Cambia los calcetines si están muy húmedos para prevenir hongos.
Sabañones: En invierno, evita cambios bruscos de temperatura y usa cremas específicas para tratar la inflamación causada por el frío.
3. Higiene y prevención de patologías
Unos pies limpios y secos son la base de una buena salud podológica:
Limpieza diaria: Lava tus pies con agua tibia y jabón neutro.
Secado Correcto: Seca bien tus pies, especialmente entre los dedos, para evitar maceraciones y problemas dérmicos. Las personas mayores pueden usar un espejo para revisar la planta del pie.
Hidratación: Aplica cremas con urea para mantener la piel flexible y bien hidratada.
4. Consulta a un podólogo para problemas persistentes
Si experimentas dolor persistente, inflamación, cambios en las uñas o durezas, es fundamental acudir a un especialista. Algunos problemas comunes incluyen:
Enfermedades crónicas: Juanetes, espolones, dedos en garra o neuroma de Morton pueden tratarse con cirugía mínimamente invasiva.
Estudio de la pisada: Puede ser necesario para corregir dolores en pies, tobillos, rodillas o caderas.
Cuidado en diabéticos: Controlar la glucemia es esencial, ya que pequeñas lesiones pueden evolucionar rápidamente hacia problemas graves, como úlceras.