Antonio tiene 49 años. Sentía que le faltaba el aire. Se fatigaba. Los días pasaban. Los diagnósticos que recibió vía telefónica apuntaban a varias causas; se le administraron distintos fármacos. Pero no mejoraba. “Aquí siempre me habéis tratado bien, así que decidí veni...
Antonio tiene 49 años. Sentía que le faltaba el aire. Se fatigaba. Los días pasaban. Los diagnósticos que recibió vía telefónica apuntaban a varias causas; se le administraron distintos fármacos. Pero no mejoraba.
“Aquí siempre me habéis tratado bien, así que decidí venir”. Llegó al Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre por puerta de Urgencias. “En menos de cinco minutos estaba en un box, intubado y haciéndome pruebas”.
Desde entonces, Antonio ha pasado ocho días en régimen de aislamiento. “¿Qué destacaría?, la humanidad en el trato, sin duda”.
“En menos de cinco minutos estaba en un box, intubado y haciéndome pruebas”
“Tienes miedo, y las horas son muy largas”. Y en estas condiciones, reconoce, “sentirse solo es muy duro”. Por suerte, no ha sido así. “No me dejan. Entran todos, desde las mujeres de la limpieza, enfermeras, celadores…siempre con una sonrisa, con unas palabras de ánimo”. Antonio no puede evitar emocionarse. Y repite: “es la humanidad, insisto, la humanidad con la que me tratáis”.
Experiencia paciente
Desde el inicio de la crisis covid-19, desde Experiencia Paciente en Vithas se pusieron en marcha herramientas para hacer más llevaderas las duras condiciones de estos pacientes. “Hasta eso habéis sabido cuidar. Yo me traje un libro, siempre lo llevo en mi mochila. Pero al final te aburres. Lo comenté, y al rato tenía en la habitación mandalas y pasatiempos. ¡Es increíble!
Desde las mujeres de la limpieza, enfermeras, celadores…siempre con una sonrisa, con unas palabras de ánimo
Trasparencia
Antonio está especialmente agradecido también a la transparencia del equipo médico. “Cuando lo cuento en el grupo de amigos -entre los que hay algunos pasando lo mismo que yo- todas las pruebas que me hacen y cómo me lo explican todo no se lo creen”.
Y así Antonio cuenta cómo la Dra. Lozada “se sentó aquí conmigo y me contó con detalle lo que me pasaba. Lo hizo de tal forma, que no sentí miedo”.