- Las historias de Daniel y Paula, pacientes del Centro de Neurorrehabilitación de Vithas en Elche, reflejan cómo la vuelta al cole puede convertirse en una experiencia más positiva para niños y adolescentes con TEA
Daniel, de 7 años, afronta su primer día en primaria con una mezcla de ilusión y nervios. Para ayudarle, sus padres han diseñado un calendario visual que marca, paso a paso, la rutina matinal: vestirse, preparar la mochila, desayunar y salir hacia el colegio. Cada imagen le aporta seguridad y le permite anticipar lo que va a suceder. Paula, de 14 años, inicia secundaria con la inquietud que generan los cambios de aula, las nuevas asignaturas y el reencuentro con otros estudiantes. Para prepararse, ha ensayado junto a su familia y terapeutas distintas situaciones sociales -como saludar a un compañero o pedir ayuda a un profesor-, un entrenamiento que le ofrece mayor confianza para afrontar la experiencia.
Ambas historias reflejan la importancia de aplicar estrategias estructuradas en la adaptación al entorno escolar de niños y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En este contexto, los profesionales del Instituto de Rehabilitación Neurológica (IRENEA), integrado en el Instituto de Neurociencias Vithas, ubicado en el Centro de Neurorrehabilitación de Vithas en Elche y que ofrece un abordaje especializado de personas con autismo, destacan tres claves fundamentales: el uso de checklist visuales, el entrenamiento mediante role-playing y la aplicación sistemática del refuerzo positivo.
Según explican los profesionales de IRENEA, las listas visuales ayudan a organizar rutinas y materiales, aportando previsibilidad y reduciendo la ansiedad. Los juegos de rol permiten ensayar interacciones académicas y sociales en un entorno seguro, favoreciendo la comunicación funcional y la adaptación al contexto escolar. El refuerzo positivo, por su parte, consolida los logros, incrementa la motivación y refuerza la autoestima, elementos cruciales para un inicio de curso exitoso.
La Dra. Desirée Amorós, directora asistencial de IRENEA en Elche, subraya “la relevancia de estas estrategias en la práctica clínica. Cada niño y adolescente con TEA vive la vuelta al cole como un reto único. Nuestro papel consiste en dotarles de herramientas que reduzcan la incertidumbre, potencien su seguridad y les permitan disfrutar de una experiencia educativa más inclusiva y motivadora. La coordinación entre familia, escuela y profesionales es esencial para lograrlo”.
Este planteamiento se enmarca en el modelo de neurorrehabilitación de IRENEA, que aborda de forma integral las dimensiones físicas, cognitivas, conductuales, emocionales, sociales, comunicativas, sensoriales y adaptativas, incorporando además el acompañamiento a la familia. Todo ello se desarrolla siempre desde la intervención temprana y con una atención personalizada, centrada en las necesidades de cada caso.
El trabajo clínico no se limita a la organización de rutinas o a la preparación de situaciones escolares concretas. En IRENEA, técnicas como el role-playing, el modelado y la retroalimentación se aplican como herramientas de aprendizaje que favorecen la comunicación, la cooperación y la resolución de conflictos, al tiempo que brindan apoyo a las familias para aceptar los cambios y mantener la motivación. “Estas dinámicas no se reducen a una sesión terapéutica. Son un puente hacia la vida real. Cuando un adolescente ensaya cómo pedir la palabra en clase o cómo relacionarse en un recreo, está ganando autonomía y confianza que luego se trasladan a su día a día”, añade la Dra. Amorós.
Los expertos de Vithas insisten en que la eficiencia de estas intervenciones depende de su aplicación coordinada en casa, en la escuela y en el entorno social, fomentando así una verdadera red de apoyo que no solo facilita la integración escolar y la inclusión plena, sino que también impulsa la convivencia.