- El Sol causa estrés oxidativo y fotoenvejecimiento, implicados en la aparición de cataratas y de patologías de retina
- No abrir los ojos debajo de agua y evitar bañarnos con lentillas puede prevenir las conjuntivitis alérgico-químicas
Ante la llegada del verano, los especialistas en oftalmología del Hospital Vithas Granada, comparten una serie de recomendaciones para preservar la salud visual. El sol, el agua clorada de la piscina o salina del mar, los protectores solares o las gafas inadecuadas pueden provocar complicaciones en los ojos que nos obliguen a visitar al oftalmólogo durante las vacaciones. “Igual que no se nos olvida cuidar de nuestra piel poniéndonos protector solar, debemos recordar que los ojos son sensibles a cualquier elemento externo y debemos tomar las precauciones necesarias para velar por su bienestar”, expone el doctor Antonio Gascón Ginel, especialista en oftalmología de Vithas Granada.
Precisamente, uno de los problemas que mayor número de consultas provocan en verano es el contacto del protector solar con los ojos, bien porque entra directamente al aplicarnos la protección o debido al sudor o al agua, que hace que gotee hasta los ojos. “Es muy importante el lavado de manos después de aplicar la crema solar, el uso de suero para enjuagarnos los ojos si ya ha entrado en contacto con el globo ocular y emplear los fotoprotectores existentes para la práctica de actividades acuáticas, los cuales no irritan en caso de tocar las partes internas del ojo”, explica el Dr. Gascón Ginel.
El uso de las piscinas también está asociado a complicaciones en la salud visual. Los productos para su mantenimiento suelen producir un incremento de casos de conjuntivitis alérgico-químicas. Para prevenir esta patología, la doctora Inmaculada Gascón Ginel, oftalmóloga de Vithas Granada, aconseja no abrir los ojos debajo del agua, usar gafas de bucear, evitar bañarse con lentillas y no tocarse los ojos con las manos húmedas al salirse del agua. Una vez terminado el baño, recomienda utilizar lágrimas artificiales con el objetivo de hidratar y lavar la córnea.
En la playa, el agua del mar tiene sal en concentraciones elevadas y partículas en suspensión que pueden irritar los ojos. Aquí, la arena también puede ser un factor que irrite el globo ocular. “Si tenemos sensación de cuerpo extraño debemos no frotarnos los ojos para evitar hacernos erosiones y lavarnos con agua o suero fisiológico en abundancia. Si la molestia persiste debemos acudir al oftalmólogo”, recomienda la especialista.
Otro factor para tener en cuenta es el sol, que causa estrés oxidativo y fotoenvejecimiento, implicados en la aparición de cataratas y de patologías de retina como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). La recomendación de los especialistas es el uso de gafas de sol con filtros de protección 3 o superior.
Por último, los aires acondicionados resecan mucho el ambiente provocando una evaporación mayor de la lágrima y creando molestias que se engloban dentro del síndrome de ojo seco: visión borrosa, picor y sensación de cuerpo extraño. Es evitable conectando humidificadores y usando lágrimas artificiales.
El doctor Antonio Gascón finaliza recordando que “una alimentación equilibrada, rica en fruta y verdura roja, y pescado azul, junto con una correcta hidratación, ayudan a mitigar estas molestias. Al igual que revisamos nuestro vehículo antes de un viaje, no debemos olvidar revisar nuestros ojos para poder disfrutar de nuestro verano”.