- Después de limpiar la zona afectada y aplicar frío, la clínica pospicadura normalmente suele ceder en pocas horas
- En los días posteriores se debe ir al médico si aparece angustia, agitación, pérdida de apetito, conjuntivitis y en ocasiones dolor de cabeza
Llegan las vacaciones y son muchos los que optan por pasarlas al lado del mar, pero en ocasiones los bañistas se exponen a sufrir las dolorosas picaduras de las medusas. La sensación es muy molesta, con picor y la aparición de rojez, hinchazón, vesículas y pústulas. Normalmente no implican gravedad, pero en algunos casos pueden aparecer síntomas parecidos a una reacción alérgica grave.
Sin lugar a duda, los niños son un grupo de riesgo, ya que, en proporción, para ellos la superficie de piel afectada es mayor que en un adulto, y además tienen la piel más fina, por lo que el veneno la atraviesa mejor. La doctora Sonia Pérez Valle, pediatra de Vithas Valencia 9 de Octubre, ante la preocupación que este tema puede generar en muchos padres, señala las pautas correctas a seguir en el caso de una picadura de medusa.
Tal como comenta la profesional, “en el momento que te pica una medusa, aparece de inmediato un dolor y un picor muy intenso, así que lo primero que hay que hacer es limpiar la zona afectada. Lo ideal para limpiarla es el suero fisiológico. En caso de no haber, el agua salada también podrá ser una solución alternativa” y puntualiza “hay que desmentir algunos mitos populares como echar orina, agua dulce sobre la herida o cubrirla con arena ya que esto sólo contribuiría a extender el tóxico inoculado por la medusa, e incluso podría agravar la erupción cutánea”.
Una vez limpia la zona, para disminuir el escozor de la picadura, se debe aplicar frío a la zona afectada durante 15 minutos aproximadamente. Según la doctora Pérez “no se debe aplicar el hielo directamente sobre la picadura, sino cubierto con algún paño o toalla”. Por otra parte, “si existe un socorrista, un centro sanitario o un puesto de la Cruz Roja donde puedan atenderle hay que llevar al niño, ya que el veneno puede afectarles con más intensidad porque su peso es menor al de los adultos y, a la vez, es conveniente ir observando que no cambia su ritmo respiratorio, ni cardiaco”.
Tras estas pautas iniciales, en general, la clínica pospicadura suele ceder en pocas horas, “aunque en los días posteriores se debe ir al médico si aparece angustia, agitación, pérdida de apetito, conjuntivitis y, en ocasiones, dolor de cabeza”, subraya la profesional.
Casos extremos
Excepcionalmente se debe acudir a urgencias, tanto con niños como con adultos, cuando se produce un shock anafiláctico, es decir, una reacción alérgica grave al veneno de la medusa, “ya que la distribución del veneno por todo el organismo, -afirma la especialista-, puede conducir a una sensación de opresión torácica, calambres musculares e incluso dificultad respiratoria y de manera más rara la sintomatología puede ser de mayor gravedad, y cursar con una alteración del sistema nervioso central llegando a convulsionar”.