- Su incidencia y prevalencia aumentó claramente tras la COVID-19 y es mucho más frecuente en mujeres
- Los pacientes con síndrome de fatiga crónica (SFC), presentan una menor variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC)
La encefalomielitis miálgica (EM), también conocida como síndrome de fatiga crónica (SFC), es una enfermedad poco conocida, compleja y debilitante caracterizada por una fatiga importante, desproporcionada para el grado de actividad físico/mental previo y que no mejora con el descanso.
Según el doctor Ignacio Sánchez Lázaro, responsable de la Unidad de Cardiología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre integrada en el Instituto Cardiovascular Vithas, “este síntoma se viene diagnosticando desde hace tiempo de forma puntual y fundamentalmente asociada a infecciones virales, estrés importante o problemas inmunológicos. Su incidencia y prevalencia aumentó claramente tras la COVID-19, es mucho más frecuente en mujeres y en casos extremos puede ser altamente invalidante”.
Criterios médicos y diagnóstico
El profesional recalca que “debido a que es una enfermedad poco frecuente y de la que se tiene un conocimiento escaso, su diagnóstico es difícil. A la complejidad diagnóstica se une la ausencia de pruebas objetivas que demuestren su presencia. Esto hace que muchos pacientes (principalmente mujeres) se vean estigmatizadas al padecer síntomas invalidantes que no llegan a englobarse en un diagnóstico concreto”. Por lo tanto, el diagnóstico de esta patología es clínico, y si bien no existe un criterio único a nivel internacional, las diferentes sociedades médicas encargadas de esta patología establecen criterios similares que deben presentar los pacientes para recibir este diagnóstico.
Los criterios, tal como explica el doctor Sánchez Lázaro, “se basan en la duración de los síntomas más de seis meses; un cansancio y dificultad en las actividades cotidianas; una fatiga notable posesfuerzo, incluso 24-48 h después del esfuerzo/actividad y con una duración prolongada; trastornos del sueño: insomnio, falta de descanso nocturno, despertares frecuentes, sueño diurno y dolor a múltiples niveles: musculares/articulares, abdominal, cefalea…. Además, de alteraciones neurológicas: falta de concentración y de coordinación, alteración de la percepción…incluso desórdenes del sistema nervioso autónomo: mareos al levantarse, taquicardias inexplicadas…”.
Pruebas cardiológicas
La cardiología se muestra como una especialidad crucial en el diagnóstico y manejo de los pacientes con sospecha o diagnóstico confirmado de encefalomielitis miálgica. “Una de las pruebas aptas es la ergometría convencional incluso, la ergoespirometría (prueba de esfuerzo con medida de consumo de oxígeno) con protocolos adaptados, que ayuden a determinar el grado de ejercicio/actividad que pueden realizar estos pacientes. Se realiza de forma repetida, para valorar la fatiga posesfuerzo”, afirma el doctor Sánchez Lázaro, quien también apunta que “el test de mesa basculante resulta muy útil para aclarar el origen de síntomas ortostáticos (al ponerse de pie) o incluso a diagnosticar el síndrome de POTS (síndrome de taquicardia ortostática postural) tan frecuentes e invalidantes en este síndrome”.
“Aunque el ritmo cardíaco puede parecer completamente regular, esto no es así. Existe una variación muy sutil entre los diferentes latidos del corazón. Esta variabilidad es lo que se conoce como variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC)”, subraya el profesional.
La VFC está principalmente determinada por el sistema nervioso autónomo, y su presencia es buena, ya que indica un sistema nervioso más flexible y adaptable a las condiciones que requiere el organismo en cada momento. “Por el contrario, aquellas patologías en las que se ha demostrado una disminución de la VFC (como en la insuficiencia cardíaca) tienen mayor número de complicaciones cardiovasculares e incluso mortalidad. Mediante el holter-ECG (registro de los latidos cardíacos mediante un electrocardiograma durante 24 h) podemos valorar de forma objetiva y cuantitativa la VFC”, comenta el especialista.
“Estudios recientes han demostrado que los pacientes con EM presentan una menor VFC que pacientes de su misma edad y sexo. Datos como estos deberían ayudar al diagnóstico de la EM y a reducir la estigmatización que sufren quienes la padecen por la falta de datos objetivos de enfermedad”, concluye el doctor Sánchez Lázaro.
Sobre Vithas El grupo Vithas está integrado por 21 hospitales y 39 centros médicos y asistenciales distribuidos por 14 provincias. Los 12.600 profesionales que conforman Vithas lo han convertido en uno de los líderes de la sanidad española. Además, el grupo integra a la Fundación Vithas, Vithas Red Diagnóstica y la central de compras PlazaSalud. Vithas, respaldada por el grupo Goodgrower, fundamenta su estrategia corporativa en la calidad asistencial acreditada, la experiencia paciente, la investigación y la innovación y el compromiso social y medioambiental. Vithas.es Goodgrower.com Síguenos en: LinkedInInstagramTikTokFacebookXYoutube