- Irene Caballero, experta en nutrición de Vithas Sevilla, subraya la importancia de contar con un seguimiento médico para adaptar la alimentación a las necesidades físicas
- Desde la Unidad de Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad del Hospital Vithas Sevilla ponen el foco en la “vitalidad” por encima de la pérdida de peso
Una vez superada la primera quincena de enero, los propósitos de año nuevo comienzan a olvidarse. Entre ellos, uno de los más repetidos es incluir buenos hábitos de alimentación, que parece hacerse más difícil en el día a día. Recuperarse de los excesos de las fiestas, perder peso o simplemente ser más consciente de la alimentación es de los objetivos más comunes y que más fácilmente se dejan de lado debido a la rutina. Para facilitar la adhesión, desde la Unidad de Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad del Hospital Vithas Sevilla, Irene Caballero, farmacéutica y experta en nutrición pone el foco en “definir pequeños objetivos y ser constantes en el tiempo, cuando queremos hacer un cambio de vida este debe ser progresivo, no podemos intentar cambiarlo de la noche a la mañana”.
Un consejo que, aplicado a la alimentación, pasa por “no restringir, prohibir o eliminar ciertos alimentos, si no sobre todo de aprender cómo debemos alimentarnos. La clave está en tener esa energía y ese bienestar para nuestro día a día”. En concreto, “más que la prohibición de determinados alimentos, que sabemos que hay que tomarlos en poca cantidad, debemos cuidar las raciones, que sean proporcionales a lo que gasta nuestro cuerpo”.
Para conocer cuáles son las necesidades del organismo, la Unidad de Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad del Hospital Vithas Sevilla cuenta con equipos de tecnología que “permiten saber cuál es la masa grasa, cuál es la masa muscular y si existen factores hormonales. La clave está en acudir a buen profesional que nos acompañe, al menos al inicio, y luego poder aplicar lo aprendido en nuestra rutina, siempre bien guiado. Ese aliciente que tiene el tener ese contacto y saber de verdad cuál es el peso saludable, no el peso ideal, pues nos ayuda a poco a poco incorporar esos hábitos y poderlos llevar de manera autónoma”.
Uno de los puntos que refuerza la necesidad de un seguimiento profesional viene por los cambios hormonales asociados a cada edad. Tal y como subraya Irene Caballero “conforme vamos cumpliendo años nuestro metabolismo se vuelve más ahorrador. Esto quiere decir que nuestra dieta debe estar más adaptada a esas necesidades”. Una alimentación que puede suponer que “no nos quedemos saciados con determinadas dietas tan restrictivas. Si incorporamos el deporte, por ejemplo, lo que estamos creando es masa muscular, esta mayor masa muscular te permite comer un poquito más, pero siempre debemos saber controlar ese equilibrio.”
La clave está en plantearse un objetivo, “sobre todo que sea alcanzable, y que podamos seguir en pequeños pasitos, no todo lo tenemos que hacer en enero, ya bastante tenemos con la cuesta de enero que nos llegan todos los sentidos y el volver a adaptarnos al trabajo. No debemos ponernos metas muy lejanas, sino metas que se puedan medir y que sean sostenibles en el tiempo”.
Restricción de alimentos, dietas con efecto rebote
Las dietas denominadas “detox”, basadas en la reducción de alimentos, o incluso el ayuno intermitente, parecen ser la solución a los excesos de navidad. Unas prácticas que están “muy lejos de la realidad. Son dietas extremas y muy bajas en calorías, lo cual en muchos pacientes se traduce en una sensación de cansancio, que es justo lo contrario que queremos. Al final lo que buscamos en un proceso de cambio de alimentación es incorporar pequeños hábitos no dirigidos a un número en la báscula sino a tener vitalidad. Vamos a comer mejor porque vamos a dormir mejor, vamos a tener más energía para cuidar a nuestros hijos, a nuestros familiares y para estar con los amigos”, subraya la experta en nutrición de Vithas Sevilla.
En esta línea, desde la Unidad de Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad del Hospital Vithas Sevilla destacan cómo “estas reducciones tan drásticas de alimentos pueden dar momentáneamente el efecto deseado, pero al final nos pueden llevar a un efecto rebote en cuanto se vuelva a los hábitos anteriores”. Por todo ello, “se trata de opciones que no son las más acertadas, más si no hay un seguimiento y análisis por parte de profesionales que nos aseguren que no dañen nuestra salud”, destaca Irene Caballero.