- Ciertas hormonas propias de la gestación, como la relaxina y progesterona, provocan laxitud en ligamentos y músculos
- Durante el embarazo y después del parto o cesárea pueden aparecer pérdidas de orina, de aires o heces, prolapsos o dolor por las cicatrices de desgarros perineales, episiotomías o cesárea
El embarazo y el parto son dos de los momentos más delicados para el suelo pélvico ya que somete a la mujer a un gran estrés fisiológico y a multitud de cambios en su biomecánica muscular. Por una parte, los músculos sufren porque deben soportar un fuerte incremento de peso y, además, ciertas hormonas propias de la gestación, como la relaxina y progesterona, provocan laxitud en ligamentos y músculos. Por esta razón, el estado físico previo a la gestación condiciona la recuperación funcional muscular tras el parto.
Carla Talens, fisioterapeuta especialista en pelviperineología y responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, resalta la importancia de la biomecánica lumbopélvica y estado muscular previa a la pregnancia. Tal como explica, “el periné se debilita durante los 9 meses. Debido a las hormonas que segrega la mujer durante el embarazo, su sistema muscular, ligamentario y fascial se vuelve más laxo. Esto, sumado a los cambios biomecánicos que se producen para poder mantener el crecimiento del feto, provoca que la esfera muscular pierda fuerza en algunas áreas y se sobrecargue en otras contribuyendo a incomodidades, dolores y en ocasiones a patologías como la incontinencia urinaria o fecal, por ejemplo”.
La profesional asegura que “tras el embarazo y parto o cesárea pueden aparecer pérdidas de orina, de aires o heces, prolapsos o dolor por las cicatrices de desgarros perineales, episiotomías o cesárea. Por eso es importante conocer y cuidar el periné y el abdomen durante el embarazo para preservar un buen tono y funcionamiento abdomino-perineal ya que así se previene la incontinencia, la aparición de la diástasis del recto abdominal y se facilita la expulsión del bebé. Además, fortalecer el suelo pélvico ayuda a mejorar la circulación en la vagina, lo cual permite mejorar la vida sexual de la mujer e incluso experimentar orgasmos más intensos”.
Durante la gestación tiene lugar una gran distensión en los tejidos de la pared abdominal. Según comenta la especialista, “durante el embarazo es importante concentrarse en el músculo transverso del abdomen para evitar la aparición de una diástasis abdominal excesiva que pueda resultar patológica tras el parto”.