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En la Unidad de Reproducción, cada paciente o pareja se somete a una evaluación inicial que incluye una revisión médica detallada, exploración física y ecografía, junto con pruebas complementarias. Tras el análisis exhaustivo, se determina la técnica de reproducción asistida más adecuada para cada caso en consulta conjunta con los médicos y los pacientes, asegurando un enfoque personalizado y consensuado.

La consulta especializada se recomienda especialmente para parejas que no han logrado el embarazo después de un año de relaciones sexuales sin protección, aunque ciertos factores como antecedentes de patologías ginecológicas y urológicas, edad materna avanzada o historial familiar de enfermedades hereditarias pueden justificar una consulta antes del plazo de un año.

La Fecundación in Vitro es la técnica líder en reproducción asistida, implicando la unión del óvulo y el espermatozoide en un laboratorio, seguida de la transferencia de los embriones resultantes al útero. Esta técnica es recomendada cuando existen problemas que impiden la concepción natural en las trompas de Falopio o cuando otros métodos menos complejos no han tenido éxito.

Indicaciones comunes incluyen la ausencia de permeabilidad tubárica, alteraciones seminales, endometriosis, edad materna avanzada y fallos previos en tratamientos. La FIV con óvulos de donante se dirige a mujeres con baja reserva ovárica o menopausia precoz, ofreciendo una opción para lograr el embarazo utilizando óvulos donados de mujeres jóvenes y saludables.

La inseminación artificial implica introducir una muestra de semen de la pareja en el aparato reproductor femenino durante el momento más fértil del ciclo, sin anestesia ni sedación. Esta técnica es adecuada para parejas jóvenes con causas leves de esterilidad, siempre y cuando el espermiograma muestre una concentración y movilidad suficientes de los espermatozoides, y la anatomía de la mujer sea normal, asegurando que las trompas de Falopio sean permeables.

Similar a la inseminación con semen conyugal, esta técnica implica introducir semen de donante en el aparato reproductor femenino durante el periodo más fértil del ciclo. Esta opción es comúnmente elegida por mujeres solteras o parejas lesbianas, así como por parejas con problemas seminales severos que no responden a técnicas más complejas. Además, es una alternativa valiosa en casos de enfermedades hereditarias.

La vitrificación de óvulos y embriones permite a las personas posponer la maternidad por razones sociales o médicas. Esta técnica es particularmente útil para mujeres con enfermedades médicas que requieren tratamientos incompatibles con el embarazo, antes de cirugías ováricas o para preservar la fertilidad antes de otros tratamientos que podrían afectarla. Para la vitrificación de óvulos, las mujeres deben someterse a un tratamiento de estimulación ovárica y punción para extraer y congelar los óvulos. La vitrificación de embriones se utiliza en FIV para congelar los embriones no transferidos para futuros ciclos, siendo especialmente útil para personas que desean retrasar la maternidad por causas sociales o médicas.

La Consulta de Consejo Genético de Vithas ofrece asesoramiento personalizado para minimizar las posibilidades de transmitir enfermedades genéticas a los hijos. A través de pruebas moleculares avanzadas y estudios citogenéticos, se evalúan las probabilidades de riesgo en la descendencia y se recomiendan medidas para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias. Este servicio está dirigido a cualquier mujer o pareja que sospeche ser portadora de enfermedades genéticas o quiera reducir las posibilidades de transmisión a sus hijos.

El DGP implica analizar genéticamente embriones procedentes de FIV para identificar alteraciones cromosómicas o monogénicas. Esta técnica permite seleccionar embriones libres de las alteraciones estudiadas para la transferencia al útero, evitando la transmisión de enfermedades hereditarias o cromosómicas. Esta opción está destinada a pacientes con alto riesgo de transmitir alteraciones genéticas a la descendencia y se realiza mediante análisis molecular del embrión después de tomar una muestra de biopsia embrionaria en el tercer o quinto día de desarrollo.