- Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer complicaciones renales y por lo tanto cardiovasculares
- La estrecha relación entre obesidad y diabetes ha servido para acuñar el término diabesidad
- La reducción del perímetro de cintura y el ejercicio físico pueden retrasar la aparición de la diabetes
- El síndrome metabólico es un factor de riesgo para deterioro de la función renal y cardiovascular
Según la Sociedad Española de Nefrología, ocho de cada diez personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso, existiendo una estrecha relación entre hiperfiltración renal y obesidad, lo que implica daño renal a medio largo plazo. Si bien existe una susceptibilidad genética a desarrollar la enfermedad, el sedentarismo y el exceso de grasa abdominal marcan el inicio de la enfermedad. Cuantos más años se padece esta patología, más difícil es su control.
La estrecha relación entre obesidad y diabetes ha servido para acuñar el término diabesidad. Ambas, diabetes y obesidad, comparten como mecanismo fisiopatológico la resistencia a la insulina. Y, yendo más allá, un factor común que es la fibrosis renal a largo plazo y daño renal que se produce cuando la enfermedad no está bien controlada.
Tal como explica el doctor Igor Romaniouk, nefrólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “un mal control de la enfermedad y un alargamiento en el tiempo trae consigo altísimas posibilidades de dar origen a complicaciones crónicas en vista, riñones y nervios periféricos, si bien el punto más preocupante es la salud cardiovascular. Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares: angina de pecho, infarto de miocardio, accidentes vasculares cerebrales o disminución de la sangre que llega a las piernas”. Hay que tener en cuenta que la principal causa de mortalidad de los pacientes renales siempre ha sido la cardiovascular, es decir, el infarto.
Insulina
Para que aparezca la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) deben coexistir dos problemas: por un lado, la “resistencia” a la acción de la insulina, es decir, la insulina que produce nuestro páncreas no ejerce de forma correcta el efecto que debería sobre nuestro organismo. Aunque existen factores genéticos que intervienen en esta situación, lo que más contribuye a esta resistencia a la insulina es el acúmulo de grasa a nivel de la cintura (perímetro abdominal) y el sedentarismo. Por otro lado, debe existir también un déficit en la producción de la insulina.
“El páncreas inicialmente aumentará la producción de insulina, -comenta el especialista-, para compensar esa resistencia, pero a medida que se vaya deteriorando la producción de insulina, llegará un momento que ya no será posible contrarrestar esa resistencia, y en ese momento empezarán a subir los niveles de glucosa en la sangre”.
Este es el motivo de que la diabetes aparezca a una cierta edad, y también lo que explica que la reducción del perímetro de cintura y el ejercicio físico tengan capacidad para retrasar la aparición de la diabetes. “Son, además, el punto de partida para controlar la enfermedad cuando ya ha aparecido porque reducen esa resistencia a la insulina y retrasan el deterioro de la célula pancreática productora de insulina”, subraya el profesional.
“No obstante, -matiza el doctor Romaniouk-, el deterioro en la producción de insulina por el páncreas es progresivo. A pesar de un tratamiento médico correcto, ejercicio y dieta, la evolución natural de la diabetes es a empeorar con los años. Por lo tanto, la DM2 no se “cura” solo con tratamiento médico. El control metabólico puede ser excelente durante mucho tiempo, pero antes o después el problema volverá a aparecer. A día de hoy, un nuevo grupo de fármacos como los ISGLT2 (inhibidores de cotrasportador glucosa sodio tipo 2), están aportando datos muy prometedores para la protección de la salud cardiorrenal”.
Prevención
El hecho de reducir de forma eficaz el perímetro de cintura y realizar una actividad física aeróbica de forma habitual puede normalizar por completo los niveles de glucosa, sobre todo en fases iniciales de la enfermedad. Pero el proceso de deterioro del páncreas progresará, aunque más lentamente. “Por ello, durante los años que consigamos tener bien controlada la diabetes con unos hábitos de vida higiénico saludables –actividad física y dieta equilibrada- estaremos haciendo una intensa prevención de la aparición de complicaciones crónicas”, concluye el doctor Romaniouk, pero además hace falta control por médicos especialistas, como en internista, el oftalmólogo, el nefrólogo y podólogos, que en conjunto forman el equipo multidisciplinar encargado de cuidar el paciente diabético.
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