Esa patología neumológica crónica se caracteriza por la tos seca, los pitidos en el pecho y los constantes estornudos, entre otros
Con la llegada de la primavera, es habitual que aumenten los estornudos, la tos, los ojos rojos y el carraspeo de garganta. Estos síntomas pueden ser el desencadenante del asma una afección respiratoria que afecta tanto a niños como adultos.
¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad provocada por la inflamación y obstrucción de las vías respiratorias (los bronquios), las cuales dificultan la respiración y pueden provocar disnea (sensación de falta de aire), sibilancias (pitos en el pecho), tos y opresión en el pecho.
Es una de las patologías neumológicas más frecuentes en el mundo. De hecho, en España más de 3 millones de personas tienen asma, y aunque puede afectar a personas de todas las edades, se manifiesta de forma más recuente durante:
- Infancia y adolescencia: suele estar asociada a un componente alérgico
- A partir de los 40 años: con aparición de sinusitis, pólipos nasales, etc.
Causas y factores de riesgo del asma
Las causas que provocan asma se clasifican en dos tipologías:
- Extrínsecas (causas conocidas):
- Polen
- Lana
- Polvo
- Ácaros
- Hongos
- Contaminación atmosférica
- Determinado pelo de animales
- Intrínsecas (causas desconocidas):
- Suele empezar en mayores de 35 años
- Sin antecedentes personales ni familiares
- Por estímulos no inmunológicos
Y aunque no está claro por qué algunas personas tienen asma y otras no, existe una serie de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer la enfermedad:
- Antecedentes familiares
- Tener otra afección alérgica (como la dermatitis atópica)
- Obesidad y sobrepeso
- Fumar o ser fumador pasivo
- Estar expuesto a la contaminación y/o sustancias químicas
¿Cuáles son los síntomas más habituales del asma?
Los síntomas del asma varían según el paciente, pero los más frecuentes son:
- Disnea o dificultad respiratoria
- Dolor u opresión en el pecho
- Sibilancias (pitidos) y ronquidos
- Tos seca persistente de predominio nocturno
- Tos con esputos (flemas)
- Problemas para dormir
- Fatiga
Diagnóstico y tratamiento del asma
El asma es una patología crónica, es decir, no se cura, pero sus síntomas pueden tratarse y controlarse con un correcto diagnóstico, además de con el tratamiento adecuado.
Las principales pruebas diagnósticas son:
- Espirometrías con pruebas broncodilatadoras: estudio indoloro del volumen y ritmo del aire en los pulmones y Feno
- Pruebas de alergia: de piel y/o sangre
- Radiografía de tórax: para examinar otras afecciones (pero no para todos los pacientes)
- Pruebas de gases: para los casos de asma grave
En cuanto a los tratamientos, los principales son:
- Medicamentos inhalados con corticoides: con efecto antiinflamatorio de la mucosa de los bronquios
- Broncodilatadores: que se administran por vía inhalatoria y pueden ser de acción prolongada o de acción corta
- Tratamiento con antihistamínicos en casos de alergia
El asma en los niños
El asma es una enfermedad que, a menudo, comienza en la niñez (a partir de los 5 años). Sus causas, síntomas y factores de riesgo son los mismos que en adultos, anteriormente descrito.
Sin embargo, su diagnóstico puede ser más difícil entre los niños, especialmente si son muy pequeños, ya que el asma tiene síntomas muy similares al de otras afecciones infantiles.
Por ello, es imprescindible acudir al hospital con un Servicio de Neumología compuesto por un equipo multidisciplinar, capacitado para diagnosticar el asma en niños a través de:
- Exploración física
- Historia clínica
- Radiografía
- Espirometría (en mayores de 6 años)
- Análisis de sangre o piel
