Cuatro consejos para evitar el estreñimiento infantil

Cuatro consejos para evitar el estreñimiento infantil

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El estreñimiento afecta entre el 0,3 y el 8% de la población infantil en nuestro país, según datos de la Asociación Española de Pediatría. Este problema es, además, un motivo frecuente de consulta médica por parte de los padres y las madres. El estreñimiento  no solo está relacionado con...

El estreñimiento afecta entre el 0,3 y el 8% de la población infantil en nuestro país, según datos de la Asociación Española de Pediatría. Este problema es, además, un motivo frecuente de consulta médica por parte de los padres y las madres. El estreñimiento  no solo está relacionado con el número de veces que el niño o niña acude al baño, sino también con las características de las deposiciones, así como con los síntomas asociados—tales como dolor o sangrado con la defecación, dolor abdominal, pérdidas fecales— que presentan los más pequeños a la hora de ir al baño.

En la mayoría de los casos, el estreñimiento infantil es funcional y se debe a varios factores de carácter hereditario, psicológico, educacional y/o dietético, apunta la doctora Sarah Barnes, cirujana pediátrica de Vithas Las Palmas. De acuerdo con la especialista, el patrón defecatorio normal varía con la edad, destacando 3 momentos clave en los que se debe actuar para prevenir la aparición de estreñimiento: la introducción de alimentación complementaria, el control de esfínteres y el inicio de la escolarización Cuando crecen, el estreñimiento podría aparecer si los más pequeños no adquieren buenos hábitos dietéticos y una rutina para ir al baño sin esfuerzo ni dolor, apunta la doctora Barnes.

El estreñimiento es una de las patologías más comunes en la infancia pero, ¿cómo puede prevenirse y ser tratado? A continuación, presentamos cuatro consejos para evitar el estreñimiento infantil.

 Los más pequeños de la casa se deben acostumbrar a defecar después de las comidas y crear un horario habitual para ir al baño. Además, es aconsejable que no tengan distracciones para que puedan concentrarse durante la deposición en un periodo no superior a los 10 o 15 minutos. Tras las comidas aparece el reflejo gastrocólico, que favorece el inicio de la defecación, por lo que resulta apropiado aprovechar esos momentos para que los más pequeños marquen su rutina para ir al baño, explica la doctora.

Si los progenitores observan posturas de retención, como el cruce de piernas o bailoteos, es recomendable animar al niño o niña a ir al baño en ese momento. No es aconsejable que los más pequeños se acostumbren a aguantar las ganas de defecar y tampoco que adopten posturas incómodas que le impidan ir al baño con facilidad, explica la especialista. Por eso es importante que adopten posturas adecuadas: puedan apoyar los pies en el suelo, de modo que les resulte sencillo hacer prensa abdominal y así evitar que tengan que hacer fuerza con suelo de la pelvis, lo que aumentaría el riesgo de fisuras anales y, consecuentemente, fobia a la defecación. En estos casos, se recomienda que los más pequeños utilicen orinales rígidos, para que el niño pueda apoyarse sin el riesgo de que pierda el equilibrio y pueda asustarse, o adaptar los váteres para evitar que se hunda en la taza, insiste Barnes.

En ocasiones, el estreñimiento infantil presenta un componente psicológico, por lo que resulta fundamental reforzar positivamente y elogiar los intentos y logros, pero no de manera excesiva. Tampoco conviene reñir si se producen escapes ni mostrar exceso de preocupación ante ellos, subraya la doctora Barnes.

Uno de los puntos clave para la prevención del estreñimiento infantil radica en que tengan una alimentación rica en fibra y beban habitualmente líquidos. Es recomendable que los más pequeños tomen frutas con piel, como ciruelas y peras, ricas en fibra e ingieran verduras en guisos, sopas y potajes casi a diario. Además, se debe fomentar la práctica de actividad física con una intensidad adecuada a su edad.

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