Llega el mes de agosto, el mes por excelencia del verano. Y verano es sinónimo para muchos de playa. Pero para todos, es una época en la que predomina los días soleados. Por eso, desde el Hospital Vithas Fátima queremos cuidar de tu salud proponiéndote que te protejas con una “fotoprotección...
Llega el mes de agosto, el mes por excelencia del verano. Y verano es sinónimo para muchos de playa. Pero para todos, es una época en la que predomina los días soleados. Por eso, desde el Hospital Vithas Fátima queremos cuidar de tu salud proponiéndote que te protejas con una “fotoprotección integral”, la manera más saludable y mucho más amplia que las cremas solares, ya que incluye, además, el uso de prendas de vestir adecuadas, vitaminas, y una dieta rica en antioxidantes, previniendo los efectos adversos de las radiaciones en el interior del cuerpo. En este post, la dermatóloga Cristina de Daniel Rodríguez recuerda que uno de cada tres cánceres detectados en el mundo, son de piel; y hace hincapié en que, diagnosticado a tiempo, este tipo de tumores ofrece un buen diagnóstico.
La radiación solar contribuye a la aparición de cáncer de piel y el fotoenvejecimiento. La radiación solar puede ser UVA, UVB, luz visible e infrarroja. La radiación UVB produce un daño en el ADN, la UVA favorece el estrés oxidativo; y tanto la luz visible como la infrarroja son más oxidantes, pese a ser menos energéticas que la radiación ultravioleta. La luz visible y la ultravioleta contribuyen al fotoenvejecimiento y a la aparición del cáncer cutáneo. Además, la radiación solar inhibe las defensas antioxidantes que tiene el organismo humano para protegerse de los radicales libres. Por tanto, facilita el daño celular.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que nuestra vida se desarrolla en torno al sol y la exposición solar tiene efectos beneficiosos para la salud como la mejora de algunas patologías cutáneas o el aumento de la vitamina D, importante para la formación normal de los huesos. Si no lo hacemos con precaución, la radiación solar puede tener efectos nocivos, como las manchas solares o el fotoenvejecimiento.
Buenos hábitos
Para prevenir estos efectos adversos, es importante mantener unos buenos hábitos de fotoprotección. Para una protección más completa, además de aplicar un fotoprotector solar a nivel tópico, es importante prevenir los daños solares también desde el interior.
Para ello, es necesario el aporte de antioxidantes a través de la dieta, para ayudar a reponer la cantidad perdida y prevenir el daño oxidativo. Existen, también, varios antioxidantes exógenos de diferentes orígenes, sobre todo plantas, que además poseen propiedades antiinflamatorias y pueden utilizarse para el tratamiento y prevención del daño oxidativo. Es el caso del polypodium leucotomos, té verde, extracto de vitis vinífera (uva) o los carotenoides con efecto antioxidante indirecto.
Por otra parte, los fotoprotectores orales o sistémicos, se deben usar de forma complementaria a los fotoprotectores tópicos, y no como un sustitutivo de los mismos.
Fotoprotección integral
El concepto de fotoprotección integral es mucho más extenso que una única medida de prevención, y hace referencia a una protección física, tópica, y oral.
Por protección física, los dermatólogos entienden el uso de ropa adecuada, utilizando complementos como gorras y gafas de sol. Debe de permitir la transpiración natural. Los colores cálidos repelen el calor, mientras que los oscuros lo absorben.
En la fotoprotección tópica se incluye toda la gama de cremas con filtros que deben de protección ante las radiaciones solares. Está demostrado que el uso de fotoprotectores en áreas fotoexpuestas en los primeros 20 años reducen un 85 por ciento el riesgo de padecer cáncer de piel. Existen dos tipos de cremas: los fotoprotectores físicos o inorgánicos, que actúan como reflexión y dispersión, y tienen una alta seguridad, pero menor cosmeticidad (no son tan agradables a la piel); y los químicos que actúan absorbiendo la radiación y tienen una alta cosmeticidad, pero riesgo de producir toxicidad y alergias.
La fotoprotección oral consiste en el uso de antioxidantes como complemento a la fotoprotección tópica y permite una mayor protección frente a las radiaciones ultravioletas.
Cáncer de piel
Las radiaciones ultra violeta son responsables del 99 por ciento de cáncer cutáneo no melanoma y de más del 65 por ciento de los melanomas. Un tercio de los cánceres diagnosticados en el mundo son de piel. En España, la incidencia del cáncer de piel ha aumentado un 38 por ciento en los últimos cuatro años.
Hay que tener igualmente en cuenta que hay un dos por ciento de radiación ultravioleta que inevitablemente llegará a la piel, y eso suponiendo que usemos el fotoprotector 50 de un modo perfecto, es decir, aplicándolo por toda la superficie de la piel en las cantidades adecuadas.
Los estudios científicos demuestran que para obtener el 98 por ciento de protección con una crema con SPF 50+ se debe aplicar 2 miligramos de fotoprotector por centímetro cuadrado de piel, y casi nadie cumple estas proporciones.
En los casos en los que se detecte unos niveles bajos de vitamina D, y siempre que el aporte a través de la dieta no sea suficiente, es aconsejable tomar vitamina D por vía oral, sin necesidad de exponerse a sufrir un cáncer de piel en el futuro; ya que, está demostrado que, en la latitud en la que se encuentra España, con exponerse entre tres y ocho minutos al día un 25 por ciento de la piel, sería suficiente para sintetizar 400 unidades de vitamina D. Evidentemente, aun usando cremas de protección, en verano conseguimos esta cantidad porque pasamos mucho más tiempo al aire libre que el resto del año.