Causas fisiológicas o emocionales pueden convertir las pesadillas en un trastorno del sueño

Causas fisiológicas o emocionales pueden convertir las pesadillas en un trastorno del sueño

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La repetición sistemática de pesadillas supone una limitación de la calidad de vida de quienes las sufren

El tercer viernes de cada mes de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño

El 50% de la población mundial tiene problemas relacionados con el sueño[1]

Dormir es una de las actividades más importantes para el mantenimiento de la salud. Cuando el descanso no es completo, la calidad de vida se ve mermada.

Es por ello que la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM) promueve cada año la celebración del Día Mundial del Sueño el tercer viernes de marzo y este año el eslogan es “Dormir bien es un sueño alcanzable”.

Uno de los motivos que altera el descanso son las pesadillas, sufridas por uno de cada dos adultos, y fuente de cansancio y ansiedad.

Los doctores Esteban Rodríguez Perdomo y Maria Victoria Medina Cruz, neumólogos del Hospital Vithas Las Palmas, defienden la importancia de cuidar la calidad del sueño y controlar los factores que lo dificultan para evitar el desarrollo de trastornos del sueño. El Hospital Vithas Las Palmas pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta con 25 centros en toda España: 12 hospitales y 13 centros monográficos denominados Vithas Salud.

¿Por qué se producen las pesadillas?

Las pesadillas son sueños, imágenes mentales ante las cuales se genera una fuerte respuesta emocional, ya sea por causas físicas o emocionales. La evocación mental de situaciones de peligro o agobiantes provocan en quien las sufre miedo, terror, ansiedad e incluso tristeza.

La consecuencia directa e inmediata es despertar en estado de alarma y excitación, con recelo en torno a la propia seguridad y bienestar.

En palabras del doctor Rodríguez, “el aumento en la frecuencia e intensidad de las pesadillas puede llegar a considerarse un trastorno del sueño cuando dificulta la vida de las personas que las sufren, ya que, por lo general, es muy difícil volver a conciliar el sueño una vez que nos hemos despertado tras un pico de ansiedad o miedo”.

El cerebro pasa por diferentes fases cuando una persona duerme y su actividad es más o menos intensa según los momentos. En el caso de las pesadillas, se originan en la fase denominada MOR, movimientos oculares rápidos, cuando el individuo está más relajado y es más fácilmente despertarlo.

En este momento la actividad de las neuronas se asemeja a cuando se está despierto, motivo por el cual es posible elaborar fantasías tan complicadas que pueden ser sentidas como parte de la realidad.

Las causas de las pesadillas pueden atribuirse a fenómenos fisiológicos o a condiciones emocionales y psicológicas. Los momentos de mucho estrés o ansiedad y relacionados con cambios importantes en las rutinas suelen dejar rastros en el subconsciente y dar lugar a pesadillas a posteriori.

Entre los aspectos físicos, acciones como comer antes de dormir provoca que se genere un mayor número de pesadillas, ya que la actividad metabólica del organismo seguirá activa aunque la personas se acueste. También la fiebre, nuevos fármacos contra dolencias específicas o la abstinencia de alcohol cuando se mantenían hábitos de consumo serán elementos potenciadores de noches de pesadillas.

Si las pesadillas se repiten, vaya al especialista

Siendo algo normal padecer pesadillas de forma esporádica, cuando éstas se repiten pueden estar provocadas por problemas de mayor calado que habrán de ser tratados por especialistas, dado que limitan la calidad de vida de quienes no gozan de un sueño reparador.

Las personas que sufren de estrés postraumático por ejemplo son propensas a evocar en sueños aquella situación de miedo o amenaza a la que estuvieron expuestos. También trastornos como la apnea del sueño o cuadros de depresión provoca una mayor frecuencia de las pesadillas o ensoñaciones.

Cuando el recuento llega a más de una pesadilla a la semana es aconsejable consultar con un médico, ya que se empezará a hacer notable la necesidad de descanso. En estos casos, se pueden poner en práctica terapias o prescribir fármacos que reduzcan los factores que originan estas pesadillas.

Consejos para fomentar un sueño reparador

Tal y como el cerebro se puede entrenar, también hay aspectos a tener en cuenta que favorecerán un mejor descanso.

La doctora Maria Victoria Medina Cruz, del Hospital Vithas Las Palmas aconseja las siguientes pautas:

  • Realizar por la noche actividades tranquilas como leer, hacer pasatiempos, ejercicios de relajación, y evitar pantallas de todos los tipos (tv, ordenador, tablets, etc.)
  • Hacer una cena ligera 2 horas antes de irse a la cama. Evitar por la noche las sustancias picantes, estimulantes y alcohol. Evitar el tabaco.
  • Mantener una rutina en el horario de alimentación, actividad física trabajo y ocio.
  • Evite usar el dormitorio para otras actividades. No se aconseja mirar la TV, comer, trabajar en el mismo lugar donde se duerme.
  • Preparar el dormitorio de forma que sea confortable y que no haya ni luces, ni ruidos de ningún tipo. Se puede recurrir a tapones y a antifaz si fuera necesario.
  • Realizar todos los días paseos u otra actividad física moderada, después del desayuno o antes de la cena.
  • Que tus ojos perciban cada mañana la luz exterior del sol, al menos durante media hora (no mirar al sol directamente).
  • Hacer siestas de 20 a 30 minutos. Veinte minutos es el tiempo suficiente para sentirse repuesto, sin interferir con el sueño nocturno.
  • Establecer un horario regular de sueño. Acostarse y levantarse todos los días a la misma hora ayuda a regularizar paulatinamente el sueño.
  • Aprender a aparcar las preocupaciones que surgen antes de dormir hasta otro momento. 



[1] Datos de la Sociedad Española del Sueño (SES). 

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