La depresión en invierno es un fenómeno reconocido dentro de los trastornos afectivos estacionales (TAE), que en enero se acentúa especialmente. De hecho, el 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Depresión, una fecha para poner en valor una patología de la salud mental con una altísima prevalencia.
Igual que es importante cuidar nuestro cuerpo, también es esencial cuidar nuestra salud mental para conseguir vivir con calidad, energía y alegría. Acaban las fiestas navideñas y la vuelta a la rutina puede ser difícil de afrontar. Estos consejos te ayudarán a empezar mejor el Año Nuevo y evitarán que caigas en la apatía y la tristeza.
Actividades para cuidar nuestra salud mental
- Disfrutar de zonas verdes para fomentar la oxigenación del cerebro y huir del ambiente contaminado. Concretamente, el cerebro consume un 20 por ciento del oxígeno del cuerpo y, gracias a ello, nos brinda energía y habilidades cognitivas.
- Realizar ejercicio. Especialmente, ejercicio aeróbico para ayudar a la generación de neuronas y ejercicio cardiovascular para hacer que el corazón lata más rápidamente, lo que proporcionará un mayor beneficio cerebral.
- Hidratarse correctamente. Según la OMS la ingesta de agua adecuada para cada persona ronda el litro por cada 35 kilos. La deshidratación es uno de los factores que afecta directamente a la salud cerebral, ya que la falta de agua interrumpe procesos esenciales de óptimo funcionamiento del cerebro.
- Degustar la conocida dieta mediterránea. La alimentación en su conjunto es clave para el cerebro. De hecho, cada vez es más evidente la relación directa entre una buena nutrición y el desarrollo de nuestro cerebro. La clave de esta alimentación saludable, como siempre reside en nuestra variada y reconocida dieta mediterránea de frutas, verduras, legumbres, semillas, cereales enteros, frutos secos, pescados azules y grasas de calidad.
- Leer: La lectura estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales. Además, son varios los estudios que señalan leer como un elemento clave para aumentar la reserva cognitiva.
-Quedar con amigos: Modifica el funcionamiento del cerebro, ya que se activan un mayor número de neuronas y con más intensidad si estamos bien acompañados. Así que hay que fomentar nuestras relaciones sociales de una forma saludable.
-Es necesario salir de casa y mantenerse activo socialmente. Conversar con gente y estar al día ayuda a tener un cerebro joven. Hemos de procurar pasar tiempo con nuestros seres queridos y mantener el contacto y la relación con amigos y vecinos. Participar en asociaciones, clubs o realizar un voluntariado puede ayudar también a establecer nuevas relaciones.
-Tener un estilo de vida, en el que se huya del sedentarismo, se fomenten las actividades que requieran un entrenamiento mental y se busquen cosas nuevas que impliquen una novedad y desafío intelectual.