Según datos de la Fundación para la Diabetes, la prevalencia de esta patología en España ha alcanzado al 14,8% de la población, afectando a uno de cada siete adultos y siendo la segunda tasa más alta de Europa.
Según datos de la Fundación para la Diabetes, la prevalencia de esta patología en España ha alcanzado al 14,8% de la población. Una enfermedad que afecta a uno de cada siete adultos y siendo la segunda tasa más alta de Europa. Cuando la diabetes no se detecta o no se trata adecuadamente puede causar complicaciones graves y potencialmente mortales como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Pero, también puede dañar a otra parte de nuestro organismo: ¿Cómo puede afectar la diabetes al riñón?
Enfermedad renal
La nefropatía diabética o la enfermedad renal diabética implica una alteración en el riñón. Se produce en personas con diabetes cuando su control de la glucosa en sangre y otros factores asociados no ha sido adecuado.
El doctor Igor Romaniouk, nefrólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre, explica ¿cómo puede afectar la diabetes al riñón? ya que una insuficiencia renal podría llegar a ser terminal y podría acabar en la diálisis y/o posterior trasplante renal. Además, el paciente podría sufrir amputaciones ya que afecta considerablemente el flujo sanguíneo hacia las extremidades inferiores.
La diabetes aumenta una serie de factores nocivos para la salud. Uno de ellos es el estrés oxidativo, que termina dañando las células del riñón, conduciendo a daños estructurales y por lo tanto daño renal. Lo que además conlleva, a que una persona pueda perder más proteínas en la orina, y paradójicamente, mientras más proteínas en la orina se pierdan, más daño renal habrá.
Sintomatología
La nefropatía diabética o daño renal por la diabetes, no suele manifestar sintomatología en las primeras etapas de la enfermedad. Cuando se manifiesta ya estamos ante una insuficiencia renal crónica avanzada y una proteinuria difícilmente manejable.
En etapas posteriores, los signos y los síntomas pueden incluir empeoramiento del control de la presión arterial, hinchazón de pies, tobillos, manos u ojos. Además de un aumento de la necesidad de orinar, dificultad para concentrarse, falta de aire, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, picazón constante o fatiga.
Tratamiento
Mediante una evaluación integral del paciente, una prueba de orina de 24 horas y otra serie de paramentos podemos establecer si hay o no daño renal. Así, se puede implementar un tratamiento oportuno para frenar o disminuir considerablemente esta afectación renal.
En los últimos años ha aparecido una nueva serie de fármacos con una enorme eficacia. No solo disminuyen el daño renal, si no también tienen efectos beneficiosos a nivel cardiovascular.
No hay que olvidar que la mejor manera de prevenir o retrasar la nefropatía diabética es mantener un estilo de vida saludable y controlar de manera adecuada la diabetes y la presión arterial alta.
Si ya se padece de diabetes, hay que evaluar la función renal todos los años por un especialista.
