La sensación es muy molesta, con picor y la aparición de rojez, hinchazón, vesículas y pústulas. Normalmente no implican gravedad, pero en algunos casos pueden aparecer síntomas parecidos a una reacción alérgica grave.
El contacto con los tentáculos de una medusa da lugar a una picadura que, en la mayoría de los casos, produce dolor, picor, inflamación y enrojecimiento. Esto es lo que debes y no debes hacer:
Qué hacer ante una picadura de medusa
Cuando nos ha picado una medusa, a nosotros o a otra persona a la que queramos ayudar, tenemos que tener en cuenta estas medidas:
- Limpiar la zona afectada, idealmente con suero fisiológico. El agua salada también podrá ser una solución alternativa
- Quitar los restos de animal adheridos a la piel con unas pinzas o algún trozo de plástico duro, nunca con las manos
- Aplicar frío a la zona afectada durante 15 minutos aproximadamente
- Para aliviar el dolor y el efecto urticante, se pueden utilizar un analgésico y un antihistamínico. Consulta con tu médico cuál puedes usar.
Qué no hacer ante una picadura de medusa
Tenemos que tener en cuenta que si nos pica una medusa hay cosas que aunque creamos que son
- Desmentir algunos mitos populares como echar orina, agua dulce sobre la herida o cubrirla con arena ya que esto sólo contribuiría a extender el tóxico inoculado por la medusa, e incluso podría agravar la erupción cutánea para disminuir el escozor de la picadura.
- No frotar ni rascar la zona afectada
- No apliques el hielo directamente sobre la picadura, sino cubierto con algún paño o toalla.
Si existe un socorrista, un centro sanitario o un puesto de la Cruz Roja donde puedan atenderte acude, ya que en ocasiones y sobre todo cuando le pican a los niños, el veneno puede afectarles con más intensidad porque su peso es menor al de los adultos y, a la vez, es conveniente ir observando que no cambia su ritmo respiratorio, ni cardiaco.
Acudir a Urgencias sí:
En general, la picadura cede en pocas horas, aunque en los días posteriores se debe ir al médico si aparece angustia, agitación, pérdida de apetito, conjuntivitis y, en ocasiones, dolor de cabeza.
Excepcionalmente se debe acudir a urgencias, tanto con niños como con adultos, cuando se produce un shock anafiláctico, es decir, una reacción alérgica grave al veneno de la medusa. Esto sucede cuando el veneno se distribuye por todo el organismo y puede conducir a una sensación de opresión torácica, calambres musculares e incluso dificultad respiratoria y de manera más rara la sintomatología puede ser de mayor gravedad, y cursar con una alteración del sistema nervioso central llegando a convulsionar.
