¿La alimentación influye en nuestro estado de ánimo?

¿La alimentación influye en nuestro estado de ánimo?

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La relación entre salud mental y alimentación es compleja. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo sufren depresión, una cifra que ha ido en aumento con el paso de los años. Estos datos se correlacionan con destacables camb...

La relación entre salud mental y alimentación es compleja. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo sufren depresión, una cifra que ha ido en aumento con el paso de los años. Estos datos se correlacionan con destacables cambios en las conductas alimentarias, principalmente en el mundo occidental; donde son notablemente más altos los casos de trastornos del estado de ánimo. Como resultado, los especialistas se han cuestionado si realmente la alimentación influye en los procesos depresivos, lo que ha provocado una búsqueda de evidencia científica.

Diversos estudios pronostican que alrededor del 20% de la población experimentará un trastorno de salud mental, como un episodio depresivo o ansiedad, a lo largo de su vida. Nuestro bienestar emocional está vinculado con nuestro estilo de vida y en él juega un papel fundamental la alimentación. “Esto se debe, en gran medida, a la parte del sistema nervioso que regula el aparato digestivo: el sistema nervioso entérico (SNE)”, explica la Dra. Beatriz Rodríguez, especialista del aparato digestivo de Vithas Las Palmas.

El SNE está formado por más más de 100 millones de neuronas, ganglios e interneuronas que recubren el tracto gastrointestinal y se encargan de llevar información al sistema nervioso central. A su vez, este envía información al también llamado ‘segundo cerebro’. Esta actividad neuronal es lo que hace que la salud digestiva repercuta en el estado de ánimo y viceversa. Sin embargo, “son las alteraciones en el funcionamiento de este sistema nervioso intestinal lo que favorece el desarrollo de patologías como el síndrome del colon irritable”, detalla la especialista.

La relación entre la alimentación y la salud mental existe

Aun así, más allá de la relación intestino-cerebro y su influencia en el estado anímico, una investigación publicada en el European Neuropsychopharmacology demuestra que la relación entre la alimentación y la salud mental existe, si bien los mecanismos fisiológicos que intervienen aún están por dilucidar. “Este tipo de estudios indican que unos malos hábitos alimenticios pueden favorecer la aparición de trastornos anímicos, como ansiedad o estrés, que muchas veces se hacen visibles para el paciente en forma de síntomas digestivos (gases, hinchazón, estreñimiento, etc.). En otras palabras, los síntomas digestivos, en ocasiones, son una muestra del estado emocional en el que se encuentra el paciente”, de acuerdo con la Dra. Rodríguez.

La modificación de los hábitos alimenticios hacia una dieta más saludable puede prevenir la aparición de cuadros depresivos e incluso transformar los efectos de tratamiento farmacológico de enfermedades mentales. Todo eso, combinado con un estilo de vida saludable -practicar ejercicio físico, comer despacio y en un entorno tranquilo, dormir adecuadamente y dedicar tiempo a actividades que tengan que ver con el autocuidado- favorece a mejor nuestro bienestar emocional.

Una microbiota sana favorecerá a nuestro estado de ánimo

Al evaluar nuestra dieta, debemos destacar la función del microbiota intestinal. Según un estudio publicado recientemente en Advances in Nutrition, la alimentación influye en la composición y función de nuestra microbiota intestinal y también puede afectar en el desarrollo de procesos depresivos y de ansiedad, a través de los metabolitos derivados de las mismas, que pueden influir en la producción o degradación de determinados neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo.

“Esta investigación explica cómo una alimentación saludable favorece al crecimiento de microbiota beneficiosa y disminuye el desarrollo de bacterias patógenas e inductoras de inflamación que interfieren en la permeabilidad de la barrera intestinal”, subraya la Dra. Rodríguez. En definitiva, “una microbiota sana es el resultado de una alimentación sana y equilibrada, que favorecerá nuestro estado anímico y reducirá el riesgo de presentar síntomas gastrointestinales que repercutan negativamente en nuestro bienestar”, asegura.

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