La adicción al trabajo puede provocar complicaciones cardiovasculares y otras enfermedades, incluso más adicciones El equilibrio entre el trabajo, familia y ocio diferencia a una persona trabajadora de una persona adicta al trabajo. Los expertos en adicciones apuntan que dedicar más de 50 hor...
La adicción al trabajo puede provocar complicaciones cardiovasculares y otras enfermedades, incluso más adicciones
El equilibrio entre el trabajo, familia y ocio diferencia a una persona trabajadora de una persona adicta al trabajo. Los expertos en adicciones apuntan que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo puede desembocar en adicción. El tratamiento es similar al de otras adicciones; el objetivo, recuperar el equilibrio laboral y personal
El 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión; dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo puede desembocar en adicción. Así se desprende de distintos estudios llevados cabo por investigadores de la Universidad Jaume I de Castellón, con la Dra. Marisa Salanova (*) al frente. La herramienta de medición utilizada ha sido la escala DUWAS. Las conclusiones están respaldadas también por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Desde la Unidad de Desintoxicación y Patología Dual de Vithas Aguas Vivas se hace hincapié en la particularidad de la adicción al trabajo, toda vez que no existe una sustancia que genere una adicción, que se define como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar constantemente, y que afecta tanto a la salud física y psicológica, como al entorno social. “Las personas que sufren esta adicción trabajan más horas de la jornada habitual. Además, se sienten mal cuando no se dedica su tiempo al trabajo y acaban distanciándose de su familia y eliminando el tiempo de ocio de su vida”, apunta el Dr. Augusto Zafra, psiquiatra, responsable de la Unidad de Desintoxicación de Vithas Aguas Vivas y director de Ivane Salud.
“Las personas que sufren esta adicción trabajan más horas de la jornada habitual. Además, se sienten mal cuando no se dedica su tiempo al trabajo y acaban distanciándose de su familia y eliminando el tiempo de ocio de su vida”
Diferencia en persona trabajadora y adicción al trabajo
“La diferencia entre una persona trabajadora a la cual le gusta su trabajo y una persona adicta al trabajo reside en la motivación y en el equilibrio entre el trabajo, familia y el tiempo de ocio”, asegura el Dr. Zafra. En otras palabras, cuando existe una adicción, no habría una regulación interna para detener el trabajo.
Tener preocupaciones excesivas durante el fin de semana, incapacidad para tener vacaciones o periodos de descanso, incapacidad para rechazar trabajo, autoexigencia y competitividad en cualquier actividad, cansancio e irritabilidad durante el fin de semana, tensión y dificultad para relajarse, ansiedad elevada, quejas familiares por la dedicación del tiempo a la empresa o sentimiento de culpabilidad son algunos de los identificadores de personas adictas al trabajo
¿Cuáles son los síntomas de la adicción al trabajo?
La mayoría de las personas que sufren adicción al trabajo tienen algunos rasgos en común. El primero sería la necesidad de reconocimiento social por su trabajo.
Además, señala el Dr. Zafra, “suelen ser personas perfeccionistas y con deseo de poder; sin embargo, pueden tener baja autoestima y prefieren trabajar individualmente que en equipo”.
Por último, es común que las personas adictas al trabajo sean, explica el Dr. Zafra, “egocéntricas y narcisistas”. “Al alcanzar puestos de nivel, se deshumanizan, dejando de lado los sentimientos de los demás, dejando de lado el compañerismo y esperando que sus subordinados cumplan un horario similar al de ellos mismos”, puntualiza.
Factores de riesgo de la adicción al trabajo
Desde la Unidad de Desintoxicación y Patología Dual de Vithas Aguas Vivas existen situaciones que aumentan la vulnerabilidad de caer en la adicción al trabajo. Estas son las más frecuentes:
- Tener presiones económicas familiares.
- Temor a perder el trabajo.
- Competitividad del mercado laboral.
- Persecución del éxito o ambición de poder y dinero.
- Incapacidad de decir no a un jefe o temor a ser despedido.
- Falta de organización.
- Ambiente familiar complicado, en el que el trabajador no quiere llegar a su casa.
- No tener capacidad para establecer prioridades.
Consecuencias en la rutina diaria
Las consecuencias de la adicción al trabajo pueden llegar a dinamitar la felicidad de quien lo padece y de su entorno más cercano. Pueden aparecer dificultades en el entorno familiar, ya que existe cierto aislamiento por parte de la persona que lo sufre. “El porcentaje de divorcios entre estas personas es elevado”, asegura el Dr. Zafra.
Además del aislamiento social que puede derivarse el escaso tiempo que estas personas dedican al ocio, la adicción al trabajo puede llegar a afectar seriamente la salud. “Pueden aparecer enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión o ansiedad, estrés, dolores de cabeza, disfunciones sexuales, etc.”, matiza el Dr. Zafra. Y no solo eso, esta adicción puede ir acompañada de otra adicción a sustancias toxicas con la finalidad de aumentar el rendimiento o superar el cansancio.
“Pueden aparecer enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión o ansiedad, estrés, dolores de cabeza, disfunciones sexuales, etc.”
Tratamiento en Vithas Aguas Vivas
Según el equipo experto en adicciones de la Unidad de Desintoxicación y Patología Dual de Vithas Aguas Vivas, en aras de prevenir la adicción al trabajo, es importante tomar conciencia de la necesidad de delimitar el horario laboral y delegar en la toma de decisiones, así como disfrutar de las actividades fuera del trabajo.
En la Unidad de Desintoxicación y Patología Dual de Vithas Aguas Vivas el abordaje terapéutico que se realiza es similar al de una adicción a sustancias, con la finalidad de que la persona recupere el equilibrio laboral y personal. “Se trata de entrenar a la persona en tener un mayor autocontrol hacia su trabajo”. Asimismo, añade el Dr. Zafra, “se puede trabajar técnicas de asertividad para aprender a decir no o saber delegar en las tareas. Entrenando, a su vez, los pensamientos para que sean más adaptativos y ayuden a reducir el nivel de autoexigencia”.
(*) Marisa Salanova es investigadora y Dra. en Psicología y Catedrática de Psicología Social en la Universidad Jaume I de Castellón (UJI)