Pautas para prevenir el mal aliento

Pautas para prevenir el mal aliento

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El mal aliento, también conocido como halitosis, no solo puede resultar incómoda para quien la padece incluso puede causar ansiedad o dificultar las relaciones sociales. Entre las causas del mal aliento, se encuentran algunos alimentos, enfermedades y hábitos. En muchos casos, puede mejorar co...

El mal aliento, también conocido como halitosis, no solo puede resultar incómoda para quien la padece incluso puede causar ansiedad o dificultar las relaciones sociales.

Entre las causas del mal aliento, se encuentran algunos alimentos, enfermedades y hábitos. En muchos casos, puede mejorar con la higiene dental adecuada y la ingesta de determinados alimentos como frutas y verduras al favorecer la producción de saliva.

Cepillado dental

Cepíllate los dientes después de cada comida. Si te encuentras fuera de casa y no dispones de tu cepillo, puedes optar por comer alimentos ricos en agua, por ejemplo, una manzana, pera o sandía a bocados, ya que es muy eficaz para higienizar tu boca. Pero además del cepillado de las piezas dentales, no olvides hacerlo también con la lengua ya que las bacterias se acumulan en cada rincón de la boca. Los dientes forman el 30% de toda la superficie de la boca. El 70% restante son las mejillas, paladar y labios. No olvides que el cepillado de las partes blandas es igual de importante que el de los tejidos duros, como pueden ser los dientes.

Incluye hilo dental

Con el uso del hilo dental aseguras que no se acumulen restos de comida en ningún punto de la boca. Es importante pues con el paso del tiempo, los restos pueden provocar mal olor e incluso sangrado de las encías. Aquí tenemos que hacer hincapié en que el hilo dental no es sustitutivo del cepillo ni tampoco del irrigador dental. El orden lógico de uso sería: primero hay que realizar el cepillado de dientes. Después, hay que pasar la seda dental entre diente y diente y por último el irrigador dental que con la fuerza del agua arrastrará los alimentos que se queden entre diente y diente. Para finalizar, no olvidar terminar con un enjuague bucal.

Limpia los aparatos dentales

Si usas dentadura postiza o una funda dental, así como si llevas un aparato corrector de dientes fijo, debes asegurarte también de que los cepillas correctamente y que quedan limpios. De no ser así, la acumulación de bacterias provocaría mal olor de boca, ya que reacciona con los alimentos generando sustancias de desecho y sensación agria en la boca.

Renueva tu cepillo

El cepillo de dientes tiene una vida limitada. Asegúrate de cambiarlo una vez al mes o cuando veas las cerdas del cepillo se abren o no presenta buen aspecto.  El mejor cepillo que existe es un cepillo de cerdas suaves y blandas.

El cepillado tiene que ser unidireccional: Es muy importante cepillar desde las encías hacia los dientes en una única dirección. No puedes subir y bajar el cepillo, porque los restos de comida que quitas de las encías, los vuelves a subir.

Al menos, el cepillado tiene que durar dos minutos: 30 segundos por cada sector si se divide la boca en cuatro partes.  Después de cepillarse los dientes y limpiar con agua bien el cepillo, continuar con la lengua, mejillas, paladar y los labios por la parte interna.

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