¿Por qué me duele la espalda cuando hace frío?

¿Por qué me duele la espalda cuando hace frío?

Vithas Valencia 9 de Octubre

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Cuando sentimos frio la primera reacción que tenemos es la de encogernos. La humedad y el frío hacen que estemos más contraídos y que al movernos eso nos provoque más contracturas o problemas en la espalda, en el cuello o en los hombros.

La lumbalgia es más frecuente en invierno ya que las bajas temperaturas pueden llevar a sufrir dolores musculares debido a las contracturas que se producen cuando nos encogemos por el frío. Al hacerlo, los músculos del cuerpo se contraen involuntariamente, lo que hace que seamos más propensos a calambres o espasmos que provocan rigidez en los músculos de la espalda, dando lugar a molestias en esa zona.

En cambios estacionales, sobre todo el paso del otoño al invierno, las patologías que son de alguna manera más crónicas, tienen un incremento de las molestias y el dolor debido a una sobrecarga de la musculatura por el frío. De hecho, si sufres de artrosis, artritis o fibromialgia puedes experimentar empeoramiento del dolor en épocas donde las temperaturas son más bajas.

Causas

La diferencia de temperatura entre un sitio cerrado y otro abierto provoca que rápidamente pasemos del frío extremo al calor y al revés, no dándole tiempo al cuerpo a adaptarse a los cambios de temperatura.

Del mismo modo, las corrientes de aire frías o calientes pueden originar la posible aparición de contracturas, especialmente, en el cuello y zonas altas de la espalda que son las zonas más expuestas.

Además, el frío provoca que inconscientemente para mitigar sus efectos, se modifique la postura con acciones como elevar los hombros, encorvar el cuerpo o agachar la cabeza. No hay que olvidar que las articulaciones se vuelven más rígidas, aumentando la presión y, por tanto, el dolor llegando incluso a perder en parte, la movilidad de estas.

Dolor articular

El frío puede aumentar el dolor articular. De hecho, el habitual “dolor de huesos” causado por el frío es, en realidad, un problema en las articulaciones. Lo que ocurre realmente es que, al sentir frío, el cuerpo disminuye el suministro sanguíneo, lo que repercute en músculos, articulaciones, ligamentos y tendones. Esto aumenta el estrés articular y, con él, la sensación de dolor. Además, el cambio de presión atmosférica habitual en invierno provoca que el líquido sinovial, un lubricante natural, se expanda, lo que también puede resultar en molestias articulares.

Recomendaciones

Para mitigar los efectos del frío en la espalda, desde la unidad de traumatología del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre recomiendan:

-Evitar corrientes de aire que provoquen cambios de temperatura bruscos

-Usar bufandas o pañuelos que protejan el cuello y la parte alta de la espalda.

-Mantener una buena alimentación, a través de la cual tengamos asegurado un aporte de calorías que nos permita conservar, más fácilmente, una temperatura adecuada para nuestro cuerpo

-Fortalecer las articulaciones y músculos mediante el ejercicio físico y estiramientos.

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